(…) Agustín Barruel S. J., viendo llegar la
reacción, hizo desde 1789 ésta profecía que Joseph de Maistre formulaba a
su vez con no menos seguridad:
“Lo que los sectarios hicieron una vez, lo harán todavía,
antes de que exploten de nuevo. Ellos buscarán en las tinieblas la realización
del gran objetivo de su conspiración, y nuevos desastres enseñarán a los
pueblos que la Revolución Francesa no fue sino el inicio de la disolución
universal que la secta planea”.
La difusión por todo el mundo del espíritu
revolucionario que hace un siglo tuvo en Francia su primera explosión y que
conducirá a la disolución universal, aparece en la hora presente muy amenazador
a la vista de todos los sociólogos y hombres de Estado tanto del antiguo como
del nuevo mundo.
Las ideas que circulan actualmente, anuncian
nuevos desastres, más extensos y más radicalmente destructores que los de fines
del siglo XVIII en los hechos que producen: hechos premonitorios nos indican lo
que esas ideas encierran y nos advierten para dónde nos convidan (nos llevan).
Hoy, como en el siglo XVIII, esas ideas son elaboradas en
las sociedades secretas e introducidas por ellas en todos los países, así como
en todas las clases sociales.
LA
CONJURACIÓN ANTICRISTIANA
EL TEMPLO MASÓNICO
LEVANTADO
SOBRE LAS RUINAS DE LA
IGLESIA CATÓLICA
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