miércoles, 14 de agosto de 2024

EL LIBERALISMO ES MASÓNICO, ES DECIR, “ANTICATÓLICO”.

 




Los dos significados de la palabra “liberal”.

 

   Liberal, de la palabra latina liberalis, se dice de aquel que es generoso (capaz de “liberalidades”) y, más generalmente, de todo lo que es digno de una persona de condición libre, en oposición a la condición de esclavo. Liberales artes o doctrinae, las “artes liberales”, es la erudición. Este primer significado sobrevive más o menos en la expresión: las “profesiones liberales” (abogado, médico, arquitecto, escribano, etc.), es decir las que se ejercen más libremente que las profesiones asalariadas. La liberalidad es ya sea tener la disposición a dar generosamente, ya sea el don mismo hecho con generosidad. Ser liberal, en el sentido que emplean esta palabra Bossuet, Moliere y La Fontaine, es lo contrario de ser mezquino o avaro.

 

   Este primer significado no hace ninguna referencia a una doctrina política o moral particular.

 

   El segundo significado es ideológico. El liberal es entonces un partidario del liberalismo, doctrina a la vez económica, moral, política, religiosa, que hace de la libertad el principio director (supremo o inclusive único) de la vida individual o colectiva.

 

   Ideología a la vez filosófica y religiosa, política y moral, económica y social, el liberalismo encuentra resumida su expresión más definitiva en el himno que una jerarquía masónica hacía cantar en 1984 a las organizaciones católicas en el momento de las manifestaciones por la libertad escolar: “Libertad, creo que tú eres la única verdad.”

 

El primer error del liberalismo.

 

    Haciendo de la libertad el principio supremo o único de la organización política y social, el liberalismo comete el error de no reconocer su justo lugar a otros principios, iguales o superiores: entre otros el principio nacional, enaltecido por el nacionalismo, ya que ubica el bien común nacional por encima de los intereses particulares.

 

El segundo error del liberalismo.

 

   Pero, además, la libertad de la cual el liberalismo hace su principio supremo no es cualquier libertad abstracta o concreta. Es una cierta libertad: la entendida en un sentido muy determinado, aquel de la “declaración de los derechos del hombre” de 1789.

 

Los derechos del hombre.

lunes, 12 de agosto de 2024

LA COMUNION RECIBIDA DE PIE, Y LA HOSTIA PUESTA EN LA MANO, SON EL TRIUNFO DE LA MASONERIA.


 



   Revista Claves, Febrero 1993  (Tomado de la Revista «Qué Pasa», de Madrid, 26 de abril de 76)

 

   ¿Cuáles son en realidad las auténticas raíces de este mal (Comunión en la mano, recibida de pie, etcétera)? Hurgando más, y con documentos fehacientes en la mano, les diré que en los años 1928 y 1929, las circunstancias de la vida hicieron que cayeran en mis manos y pude examinarlos de cerca, documentos masones altamente comprometedores, tanto en político como en lo religioso. Entre los varios que tuve ocasión de examinar, citaré la obra «La Creation» de Jacques de Boyer (1820), en la que por primera vez se lee lo del punto «z» o de convergencia entre un «dios» que se está haciendo y el cosmos que en constante evolución va a su encuentro. (N. de T. Por lo visto Teilhard no era nada original)... Pero lo que más nos interesa ahora es el «Epistolario Guaita-Rocca-Encausse». (N. de T. Recordemos que el Abate Rocca fue uno de los infiltrados clérigos-masones más notables de su siglo, y que no se escondía para proclamar los planes de la masonería sobre la Iglesia. Escribió entre otras obras, «Glorioso Centenario» sobre estos planes)... En él aparece una carta fechada el año 1888 de Estanislao de Guaita, llamado el Mago Negro o poeta de Satanás, a Pablo Rocca, (eminencia gris de las logias, grado 33 de la Masonería), y en uno de sus párrafos dice así:

 

   «Hemos de trabajar activamente para lograr que en los templos romanos se comulgue de pie. El día que lo consigamos, nuestro triunfo estará asegurado».

 

   En el mismo año Pablo Rocca le contesta, y al hacer alusión a dicho párrafo, le dice:

 

   «Estoy totalmente de acuerdo con sus puntos de vista, pero será conveniente pasar rápidamente a una segunda fase, dando el pan en la mano a esos antropófagos fanáticos».

 

   El ex-canónigo de Perpignan sabe que con la comunión en la mano se arrancará el «fanatismo» (léase fe teologal) del corazón de los «romanistas». Estamos ya en 1889, y Guaita le contesta de nuevo:

   «Con estos dos logros, el resto caerá como fruta madura puesto que la Eucaristía es SOLAMENTE ESTO; UN AGAPE-SIMBOLO DE LA FILANTROPIA UNIVERSAL».

 

   Pocos años más tarde, sería el ex-abate Melinge quien escribiera:

 

   «El Presidente de la Asamblea pondrá sobre la mesa ritual la copa llena de pan y el jarro lleno de vino, para que los hermanos se sirvan ellos mismos a discreción, puesto que solamente ESO ES LA EUCARISTIA: AGAPE-SIMBOLO DE LA FILANTROPIA UNIVERSAL».

 

   Cuando a principios del presente siglo los modernistas se acercaron al Papa San Pío X pidiéndole conceder la Comunión de pie, alegando ya entonces que los israelitas comieron de pie el cordero pascual, símbolo o promesa de la Eucaristía, el Papa les contestó con esta frase lapidaria:

 

   «LOS SIMBOLOS Y PROMESAS SE ESPERAN DE PIE, MAS LA REALIDAD SE RECIBE YA CON AMOR Y DE RODILLAS».