Católicos contra la masonería
miércoles, 12 de junio de 2024
domingo, 19 de mayo de 2024
LA ALTA VENTA DE LA MASONERIA ITALIANA – Por Jacques Crétineau-Joly. (Primera parte)
Nota de Nicky Pío: Esta
breve obra la voy a publicar en partes, no es muy larga, sólo les recomiendo
leerla con detenimiento.
En 1825 una Comisión especial nombrada por
S. S. León XII y presidida por Mons. Tomás Bernetti, gobernador de Roma,
condenó a muerte, por varios asesinatos cometidos a traición, a dos
carbonarios: Angel Targhini y Leónidas Montanari.
Sin embargo, se les
comunicó que en atención al Jubileo que se estaba celebrando, esa pena se les
conmutaría si pedían perdón y se reconciliaban con la Iglesia y con el Cielo.
Camino del cadalso, varios sacerdotes
amonestan con suavidad a los sentenciados, que permanecen obstinados.
Ya ante el verdugo, mientras un gentío
inmenso reza arrodillado, Targhini grita: “Pueblo, muero inocente, francmasón,
carbonario e impenitente”. Y es decapitado.
Montanari tomó entre sus manos la cabeza de
su compañero ajusticiado y les dijo a los sacerdotes que lo exhortaban: “Esto;
es una cabeza de una adormidera que acaba de ser cortada”.
Los diarios de Francia y de Inglaterra
aprovecharon la ocasión para acusar a la Santa Sede de crueldad y de
“represión” y para glorificar como mártires a los dos vulgares asesinos.
Mientras tanto, el jefe de la Alta Venta le
escribe a uno de sus cómplices, Vindice, la siguiente carta, con su seudónimo
de Nubius:
“He asistido con la ciudad entera a la ejecución de Targhini y de Montanari; pero los prefiero muertos que vivos. El complot que locamente habían preparado con el fin de inspirar el terror no podía tener éxito, y pudo habernos comprometido; pero su muerte rescata estos pecadillos. Han caído con valor, y este espectáculo fructificará. Gritar a voz en cuello, en la plaza del Pueblo en Roma, en la ciudad madre del Catolicismo, en la cara del verdugo que os coge y del pueblo que os mira, que se muere inocente, francmasón e impenitente, es algo admirable: tanto más admirable cuanto que es la primera vez que semejante cosa ocurre. Montanari y Targhini son dignos de nuestro martirologio, puesto que no se dignaron aceptar ni el perdón ni la reconciliación con el Cielo. Hasta este día, los condenados, puestos en capilla, lloraban de arrepentimiento, a fin de tocar el alma del Vicario de las misericordias. Y éstos no han querido saber nada de las felicidades celestes, y su muerte de réprobos ha producido un magnífico efecto en las masas. Esto es una primera proclamación de las Sociedades Secretas y una toma de posesión de las almas.”
martes, 7 de mayo de 2024
Carta sobre los judíos y la masonería que recibió Agustín Barruel de Juan Bautista Simonini.
Copia de una carta; que
yo, Agustín Barruel, canónigo honorario de Nuestra. Señora, recibí en París, el
20 de agosto de 1806.
Florencia, 19 agosto de
1806.
Muy señor mío: Hace pocos meses tuve por
casualidad la dicha de leer vuestra excelente obra titulada: Memorias de los
jacobinos, que he leído, o mejor dicho devorado con indecible placer, y de la que
he sacado grande utilidad y mayores enseñanzas para mí propia conducta, tanto
más cuanto que en ella he encontrado pintadas infinidad de cosas de que en el
curso de mi vida he sido testigo ocular, aunque sin comprenderlas del todo.
Recibid, señor, por todo ello de este ignorante militar, que tal lo soy, las
más sinceras felicitaciones por vuestra obra, que con justo título puede
llamarse la obra por excelencia del pasado siglo. ¡Ah, qué bien habéis quitado
la careta a esas sectas infernales, que preparan los caminos del anticristo y
son las enemigas implacables, no sólo de la religión cristiana, sino también de
todo culto, de toda sociedad y de todo orden!
“Hay sin embargo entre esas sectas una, a la
que no os habéis referido sino muy de pasada, quizá porque es la más conocida,
y en este concepto la menos temible; aunque en mi opinión es hoy el poder más
formidable, si se consideran sus inmensas riquezas y la protección de que goza
en casi todos los Estados de Europa. Ya comprenderéis que me refiero a la secta
judía. Parece en un todo enemiga y separada de las demás; pero realmente no lo
es. En efecto, basta que cualquiera de ellas se declare enemiga del nombre
cristiano, para que el judaismo la favorezca, la auxilie y la proteja. ¿No le
hemos visto y no le vemos todavía ahora prodigar el oro y la plata para sostener
y dirigir a esos modernos sofistas, francmasones, jacobinos e iluminados? Los
judíos, por consiguiente, no forman con todos los otros sectarios si no una sola
asociación para aniquilar, a ser posible, el nombre cristiano. Y no creáis, señor,
que en esto exagero lo más mínimo; pues yo no sostengo sobre este punto nada,
que no me haya sido declarado por los mismos judíos, y ved de qué manera:
Cuando el Piamonte, de donde yo soy nativo,
se hallaba en revolución, tuve ocasión de frecuentar el trato y tener confianza
con ellos aunque ellos fueron los primeros en buscarme; y como yo entonces
escrupulizaba poco, afecté estrechar con ellos grande amistad, y llegué a
decirles, suplicándoles el más rigurosa secreto, que había nacido en Liorna de
familia judía; que muy pequeño todavía, había sido educado por no sé quién que ni
siquiera sabía si había sido o no bautizado, y que a pesar de vivir y obrar
exteriormente como católico en mi corazón pensaba como los de mi nación, por los
que había conservado siempre tierno y secreto amor. Entonces ellos me hicieron
los mayores ofrecimientos y me franquearon toda su confianza. Me prometieron el
ascenso de general, si me prestaba a entrar en la secta de los francmasones; me
enseñaron grandes cantidades de oro y plata que distribuían, me decían, entre
los que abrazaban su partido, y se empeñaron en regalarme tres armas adornadas
con las insignias de la francmasonería, que yo acepté para no disgustarlos y
animarlos a que me dijeran sus secretos. He aquí lo que los principales y más
ricos judíos me descubrieron en diferentes ocasiones.
1° Que
Manes y el infame Viejo o anciano de la Montaña habían salido de su nación;
2° Que la
francmasonería y la secta de los iluminados fueron fundadas por dos judíos,
cuyos nombres me dijeron más que por desgracia se me han borrado de la memoria;
3° Que de ellos, en una palabra, habían tomado origen todas las sectas anticristianas, tan numerosas al presente, y cuyos afiliados ascendían a muchos millones de ambos sexos, de todo estado, categoría y condición;
II. El Reino de Satanás — la Francmasonería y el Liberalismo – Por Pedro Schumacher, Obispo de Portoviejo.
El Reino de Satanás.
“En nuestra época
parece que los fautores del mal se han unido en Inmenso esfuerzo, a impulso y con
ayuda de una sociedad esparcida en gran número de lugares y vigorosamente
organizada, la francmasonería.”
“Los que tomando nombre de Libertad se
llaman a sí mismos Liberales, son imitadores de Lucifer,
aquel cuyo nefando grito es: “¡No serviré!”
(Palabras de León Xlll.)
1. ¿Existe en el
mundo un reino de Satanás?
Hay un reino de Satanás
en el mundo como lo declara repetidas veces Jesucristo: “Llega el príncipe de este
mundo y en mí no tiene parte alguna” (s. Juan 14, 30.) “El príncipe de este
mundo ya está juzgado.” (Ibid. 16, 11.)
2. ¿Quiénes forman el reino de Satanás?
El reino de Satanás se compone de todos los
que hacen la guerra a Dios y a su santa Iglesia, siguiendo el ejemplo de Lucifer, quien se alzó contra el Señor diciendo:
“¡No serviré!”
3. ¿Qué nombre toman los que en el día
siguen la bandera del ángel rebelde?
Los enemigos más declarados del reino de
Dios forman en el día de hoy una sociedad oculta o secreta que se llama francmasonería, con la cual está íntimamente unida
la secta del liberalismo, porque tiene el
mismo fin y los mismos principios.
4. ¿Cuál es el
fin característico de las sectas masónicas y liberales?
El fin de estas sectas es separar al hombre
de Dios y destruir la autoridad de la Iglesia católica.
5. ¿Qué
diferencia hay entre los masones y la secta liberal?
Los masones se tienen escondidos y no
quieren ser conocidos; la secta liberal por lo contrario se manifiesta públicamente,
ofreciendo a los pueblos progreso, civilización y felicidad nunca vista, con
tal que se separen de la Iglesia de Dios.
Del mismo modo engañó Satanás a nuestros primeros padres, ofreciéndoles
que llegarían a ser iguales a Dios negándole la obediencia.
6. ¿Cuál es el
medio principal que los masones emplean para combatir a la Iglesia?
El medio principal que
los masones emplean para destruir la religión de Jesucristo es desacreditar a
los sacerdotes valiéndose de la calumnia y de la
mentira.
“Preciso es mentir como diablos, decía Voltaire, pues siempre queda algo.”
7. ¿Cómo procede
la secta del liberalismo para destruir la autoridad de Dios?
El liberalismo quiere persuadirnos de que el hombre no tiene otra ley que su propia voluntad; que no depende de Dios ni de la Iglesia; de esta manera entiende la libertad que ofrece a los pueblos.
domingo, 14 de abril de 2024
sábado, 13 de abril de 2024
Jacques Cathelineau (1759-1793) “La epopeya de la Vendée” – Por el P. Alfredo Sáenz S.J.
Tal la primera figura
importante que aparece en la contienda. Nacido en Pin-en-Mauges, era un hombre de
pueblo, que recorría la zona en carro y hacía encargos a domicilio. Al mismo
tiempo cumplía el cargo de cantor en la parroquia. Tratábase de una persona de
fe sólida, cuyas virtudes lo recomendaban a todos los que lo conocían. A este
joven alto, inteligente y de ojos vivos, la persecución religiosa lo había
exasperado. Aborrecía
la Revolución, y por donde pasaba no perdía ocasión de hablar a la gente en su
contra. El hecho de ir de feria en feria, de mercado en mercado, le
permitía conocer a todo el mundo en los alrededores, siempre diciendo
francamente lo que pensaba.
Pues bien, (…), el 11 de marzo de 1793 estaba preparando el horno con el fin de amasar pan para él, su mujer y sus cinco hijos, cuando llegó a su casa un primo suyo, que había sido convocado como conscripto en aquella famosa leva (reclutamiento forzoso) que provocó el golpe de Saint-Florent, y le relató lo que allí había sucedido entre los conscriptos y las autoridades del distrito.
Se lavó las manos, se vistió a las apuradas,
ciñóse una pistola, ató a la cintura el rosario, y se dirigió a la plaza para
hablar con los paisanos. Tenía entonces 34 años. De entre los presentes 28 se
le unieron. Los llevó entonces a la iglesia y puso en sus chaquetas una imagen
del Sagrado Corazón. Volvió luego a la plaza. Se encontraban allí varias mujeres:
“Ustedes,
que no pueden combatir –les dijo–, recen por el éxito de nuestras armas”.
Su esposa, llorando, quería retenerlo. “¿No
ves nuestros cinco hijos? ¿Qué harán sin ti?”. A lo que te contestó: “Ten
confianza; Dios, por quien voy a luchar, tendrá cuidado de ellos”. Algunos
hicieron tocar las campanas a rebato, también en los campanarios vecinos. Y
partieron para la Cruzada. Así se ha podido señalar el 11 de marzo como la
fecha en que dio comienzo esta epopeya.
Cathelineau y los suyos se dirigieron hacia Jallais, donde estaba apostada una guarnición de soldados. Sería preciso arrebatarles las armas. En las cercanías, una mujer les dijo: “Los republicanos tienen allí un cañón”. “Lo tomaremos”, respondieron. “¿Con bastones?”. “Con la ayuda de Dios”.
martes, 9 de abril de 2024
No es hoy permitido poner en duda la existencia de una sociedad oculta llamada francmasonería, cuyo secreto nada misterioso, consiste en unirse al demonio para destruir el reino de Dios sobre la tierra. – Por el R.P. ALFONSO BERTHÉ (redentorista)
No
es hoy permitido poner en duda la existencia de una sociedad oculta llamada
francmasonería, cuyo secreto nada misterioso, consiste en unirse al demonio
para destruir el reino de Dios sobre la tierra.
Como Dios reina por Jesucristo, y Jesucristo por la Iglesia católica, los
francmasones hacen el horrible juramento de aniquilar a Jesucristo y su
Iglesia, al
Infame, como decía Voitaire, uno de sus principales iniciados. Por largo
tiempo disimularon la infernal conjuración tanto en público como en sus primeras
logias; porque ni pueblo ni reyes habían progresado bastante para comprenderla:
pero
hoy que dominan en casi todos los tronos y dirigen los parlamentos y los
gobiernos, trabajan ya al descubierto. “¡El
clericalismo, ese es nuestro enemigo!” exclama uno de los cabezas del
movimiento, con aplauso de todos los adeptos. Y a fin de que nadie se
equivoque, la logia tiene cuidado de explicarles que no emplea la palabra “clericalismo”,
más que para embaucar a los que todavía conservan cierto apego a la Iglesia
católica; pues en el fondo, clericalismo y catolicismo, son una misma cosa. Por
lo demás, ya es muy conocida la francmasonería, sus constituciones, sus ritos,
sus execrables iniciaciones, sus juramentos, cuyas fórmulas sólo el infierno ha
podido suministrar; y
sabemos que todo se resume en esta blasfemia de Proudhon, el niño travieso y
descarado de la secta:
Nota
de Nicky Pío: Pocos son los católicos que saben quién
fue este satánico masón y revolucionario llamado Proudhon, si reproduzco esta blasfemia
en esta publicación no es para ofender a Dios, me guarde de semejante
intención, pero seguro que siendo una
obra incluso para laicos y escrita por uno de los hijos (redentoristas) de San
Alfonso María de Ligorio, R.P. Alfonso Berthé, en épocas (siglo XIX) en que la
misma Iglesia lo hubiese censurado, y no lo hizo, considero pertinente
publicarlo, para instrucción de los católicos ignorantes que piensan todavía
que esta diabólica secta tiene algo de bueno. Pasemos a las blasfemias tan
comunes en privado entre los masones y sus satélites.
“Yo
digo (dice el satánico masón Proudhon) que el primer deber del hombre
inteligente es arrojar inmediatamente de su espíritu y de su conciencia la idea
de Dios. ¡Espíritu mentido, Dios imbécil, tu reino ha concluido; busca otras
víctimas entre las bestias que tú estás ya destronado y hecho añicos!... ¡Y tú,
Satanás, calumniado por sacerdotes y reyes, ven, que te abrace y estreche
contra mi corazón! Mucho tiempo hace que me conoces y que yo te conozco a ti.
Tus obras, ¡oh bendito de mi corazón! no siempre son bellas, ni buenas; pero
ellas solas dan sentido al universo y le impiden ser absurdo... ¡Dios es la
hipocresía y la mentira; Dios la tiranía y la miseria; Dios es el mal! ¡Tú
sólo, oh Satanás, favoreces el trabajo y pones el sello a la virtud!” (Proudhon,
Contradictions économiques, t. I, 404, y De la justice dans la Revolution, t.
II, 140.)
No
todos los francmasones usan el lenguaje de Proudhon; pero todos profesan en su
corazón el mismo amor al mal, el mismo odio al bien. Su dicha consiste
en propagar la revolución, que es la obra satánica: su triunfo, en derribar la
Iglesia, reino de Dios y de Jesucristo. “No
se ocultan ya, dice el Papa León XIII, y alzan atrevidamente su brazo contra
Dios; traman abierta y públicamente la ruina de la Iglesia católica, y a toda
costa quieren robar el mundo a Jesucristo y sus beneficios. (Encíclica Humanum,
Genus).
Con estos datos acerca de la secta,
comprenderán nuestros lectores por qué todo buen masón ha debido considerarse
como enemigo personal de García Moreno, destructor infatigable de la
revolución. El concordato de 1862, repudiando el liberalismo, quebrantó en
manos de la masonería su gran medio de acción; la constitución de 1869 osó proscribir
a la secta como una calamidad pública; la protesta de 1871 contra la invasión de
Roma por Víctor Manuel, clavó en la picota, a la faz del mundo entero, al
ejecutor de sus sentencias, y a los reyes cómplices suyos, y en fin, la
consagración de la república al Sagrado
Corazón, ofreció el espectáculo singularísimo, único, de una nación que
habiéndose escapado de las garras de Satanás, se arroja al Corazón de su Dios
para amarlo, glorificarlo y servirlo. Era ya demasiado:
“El jefe de Estado Don Gabriel García Moreno
bastante atrevido (valiente) para tremolar el pendón de Jesucristo y pisotear
el de Lucifer, fue condenado a muerte por el gran consejo de la orden, la
masonería”
Fragmento tomado de la obra “GARCÍA MORENO” Capítulo XIII “EL
ASESINATO” – Escrita por el R.P. Adolfo Berthé. (Redentorista) siglo XIX.
lunes, 8 de abril de 2024
Los enemigos de la Iglesia Católica: La Francmasonería. (Parte I)
Existen en el mundo dos
ciudades: La Ciudad de Dios y la Ciudad de Satán. Reina entre las dos una lucha
sin tregua, y el hombre debe combatir por Dios o por Satanás, por el bien o por
el mal, por la verdad o por la mentira.
En todas las épocas, la ciudad de Satanás ha
opuesto a la Iglesia, ciudad de Dios, errores y ejércitos; lo mismo acontece en
los tiempos modernos.
La ciudad de Satán tiene una doctrina que se
opone al Evangelio: es la doctrina que el Concilio Vaticano I llama
racionalismo o naturalismo con todos los errores afines. Hemos refutado esos
errores, disfrazados con el nombre más moderno de liberalismo.
En todas las épocas, la ciudad de Satán ha
opuesto a la Iglesia, opone al sacerdocio Católico, un cuerpo de hombres
militantes que combaten por el naturalismo; son las sociedades secretas
comprendidas en la denominación general de FRANCMASONERÍA.
¿Cuáles
son los principales enemigos de la Iglesia?
Actualmente, los principales enemigos de la
Iglesia son los francmasones.
Para combatir a la Iglesia, Satán ha formado
un ejército que desde hace tres siglos, se llama francmasonería.
Disfrazada con máscara de filantropía, esta sociedad tenebrosa es el punto de reunión de todas las impiedades.
Conoce Usted perfectamente el derecho. Pero ¿sabe Usted también el Catecismo? Un rasgo de García Moreno. (Presidente Católico de Ecuador, asesinado por la Masonería).
El presidente del Ecuador,
deseoso de formar una buena magistratura, asistía personalmente a los exámenes
de la facultad de Derecho y dirigía preguntas a los discípulos.
Un día cierto aspirante al doctorado
contestó a los examinadores de la manera más satisfactoria.
—“Conoce Usted, perfectamente el Derecho —le
dijo García Moreno— pero ¿sabe Usted, también el Catecismo? Un magistrado debe
conocer ante todo la ley de Dios para administrar justicia.”
Y preguntó en
este sentido al examinando, que se quedó mudo.
—Caballero—le
dijo gravemente el mártir del Ecuador— sois doctor; pero no ejerceréis
vuestra profesión hasta que hayáis aprendido la Doctrina cristiana. Id unos
cuantos días al convento de Franciscanos para aprenderla.
jueves, 4 de abril de 2024
La logía y la alta logía en la Revolución Francesa y en las futuras revoluciones – Por Monseñor Henri de Lassus.
(…) Agustín Barruel S. J., viendo llegar la
reacción, hizo desde 1789 ésta profecía que Joseph de Maistre formulaba a
su vez con no menos seguridad:
“Lo que los sectarios hicieron una vez, lo harán todavía,
antes de que exploten de nuevo. Ellos buscarán en las tinieblas la realización
del gran objetivo de su conspiración, y nuevos desastres enseñarán a los
pueblos que la Revolución Francesa no fue sino el inicio de la disolución
universal que la secta planea”.
La difusión por todo el mundo del espíritu
revolucionario que hace un siglo tuvo en Francia su primera explosión y que
conducirá a la disolución universal, aparece en la hora presente muy amenazador
a la vista de todos los sociólogos y hombres de Estado tanto del antiguo como
del nuevo mundo.
Las ideas que circulan actualmente, anuncian
nuevos desastres, más extensos y más radicalmente destructores que los de fines
del siglo XVIII en los hechos que producen: hechos premonitorios nos indican lo
que esas ideas encierran y nos advierten para dónde nos convidan (nos llevan).
Hoy, como en el siglo XVIII, esas ideas son elaboradas en
las sociedades secretas e introducidas por ellas en todos los países, así como
en todas las clases sociales.
LA
CONJURACIÓN ANTICRISTIANA
EL TEMPLO MASÓNICO
LEVANTADO
SOBRE LAS RUINAS DE LA
IGLESIA CATÓLICA
PAPADO Y MASONERÍA MONSEÑOR JOUIN EL 8 DE DICIEMBRE DE 1930.
PAPADO
Y MASONERÍA, esas son las dos potencias activas en
todo el mundo, y cada una busca dominarlo, vencerlo. La solución de esta lucha que
tiene lugar entre ellos (papado y masonería), es en el momento presente de suma
importancia; estamos cara a cara no sólo con las encrucijadas de la historia
sino también con una transformación radical de la propia humanidad. YA SEA QUE EL CATOLICISMO ROMANO NOS
LEVANTE DE NUEVO AL NIVEL DE LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA, O POR EL CONTRARIO LA
JUDEO-MASONERÍA NOS ARRASTRE POR EL
CAMINO DEL BARBARISMO Y EL PAGANISMO DECADENTE. El mundo entero oscila
entre estas dos opciones: CRISTIANISMO o
PAGANISMO. El 8 de diciembre de 1892, el Papa León XIII escribió a la Jerarquía
Episcopal Italiana:
“Es
necesario luchar contra la masonería con esas armas de la fe divina que en las
épocas pasadas vencieron al paganismo”.
Además, el Papado y la Judeo-Masonería,
ambos son plenamente conscientes de las
partes diametralmente opuestas que se están jugando, ya que a partir de uno de
estos dos poderes debe manar la política,
la económica, la inteligencia y el futuro religioso de los individuos y de las
naciones. Es un hecho y la mejor prueba de ello es su irreductible antagonismo.
¿Qué
es en efecto la judeo-masonería hoy, sino la concentración y movilización de
todas las fuerzas del mal?
Esta Secta con su triple pretensión de ser CONTRAIGLESIA (contra la Iglesia), CONTRAESTADO (contra el Estado) y CONTRAMORALIDAD (contra la moralidad tradicional), se enorgullece
de ser sobre sobre todo, y para siempre, el enemigo de la Iglesia Católica; uno
de sus llamamientos es el de Piccolo Tigre,
uno de los jefes de Alta Vendita que en 1822 proclamó:
“EL
CATOLICISMO DEBE SER DESTRUIDO EN TODO EL MUNDO”
Con Piccolo Tigre
también se expresa el plan anticatólico de este modo:
“CONSPIREMOS SÓLO CONTRA ROMA”
No se expresa esto de manera idéntica en el alemán
“Los Von Rom” o en castellano: “NO PAPISMO"
Monseñor Gay, habiendo sido asignado por el Concilio
del Vaticano el deber de escribir “EL
MEMORANDUM SOBRE SOCIEDADES SECRETAS” dió la sorprendente definición de
masonería:
“Es
evidente que en términos generales, la doctrina de la masonería no es sólo una
herejía, ni siquiera la totalidad de todas las herejías, que encuentran en él
un refugio; es un hecho que la Masonería va más allá de los límites de lo que
constituye lo que generalmente se atribuye a la palabra “herejía”, porque
permite el pleno juego de la comisión de perversión y escándalo, masonería es
en verdad el abismo de todos los errores, el pozo de la perdición”
Este abismo de todos los errores (Abyssus
Errorum) es justamente comparado con el “pozo abismal” mencionado
en el Apocalípsis, (Capítulo IX, 1-3),
cuyas emanaciones oscurecer la luz del sol y envenenan el aire. Es esta maldita
Secta cuya perversión fue estigmatizada por el Papa Pío IX cuando la nombró: “LA
SINAGOGA DE SATANÁS” Por su enorme extensión y su hoy muy visible
colusión con LA
FINANZA INTERNACIONAL JUDÍA. La masonería (SINAGOGA DE SATANÁS) así
como proporcionó fondos para la REVOLUCIÓN RUSA,
instalado en Moscú; llevó el comunismo
de Este a Oeste, asumió el liderazgo de los Estados
de sus gobiernos, de sus diversas administraciones
departamentos o ministerios, y de sus parlamentos
y, en consecuencia, es una potencia mundial tal que,
para cualquier mente perspicaz, parece como si, hoy,
sólo hay en la tierra dos grandes potencias, a saber:
JUDEO-MASONERÍA al servicio del MUNDO
y la IGLESIA en manos del
SUCESOR DE PEDRO.
Esas dos potencias están en guerra, cara a cara, se enfrentan como
si estuvieran librando un duelo sin fin, como es
claramente expresado en la inscripción en piedra del
Gran Oriente Masónico y Consejo Supremo de
Francia:
“La
lucha que se libra entre el catolicismo y la masonería es una lucha a muerte
incesante y despiadada”.
(Boletín del Gran Oriente
de Francia P. 183. 1892 y memorándum del Consejo Supremo No. 85, página 48.)
Con una línea de acción tan definida y unificadora,
se puede afirmar positivamente que LA
JUDEO-MASONERÍA ES EL MAYOR ENEMIGO DE LA IGLESIA. Puede constatarse
en todos los ataques anticatólicos contra el clero o laicos liderados por
masones o incluso católicos cuya fe ha disminuido debido al miedo, la pasión o
interés propio.
En su encíclica “HUMANUM GENUS”
el Papa León XIII escribió:
“Hay un cierto número en el mundo de sectas
que, aunque aparentemente diferentes unos de otros en términos de nombre,
ritual, forma y el origen son, sin embargo, similares debido a la analogía de
su objetivo y principios fundamentales de hecho, son idénticos a la masonería,
que es, para todos ellos, el punto central desde el cual proceden y hacia el
cual converger”
lunes, 1 de abril de 2024
lunes, 30 de octubre de 2023
sábado, 30 de septiembre de 2023
¿POR QUE LA MASONERÍA ES UNA SOCIEDAD “SECRETA” Y NO “DISCRETA” COMO NOS QUIEREN HACER CREER?
Son sociedades secretas
aquellas que mantienen estatutos, procedimientos o ritos, que solo son
conocidos por sus miembros. Son también sectas secretas aquellas que solicitan
a sus miembros que oculten su pertenencia a las mismas, sea este compromiso
formal (sociedades secretas) o no (sociedades que se autodenominan
“discretas”). Nota: La masonería quiere hoy engañar a los incautos diciéndoles
que son una sociedad discreta. Claro que es una mentira para ocultar su
carácter de SECRETA. Ambas expresiones son condenados por la Iglesia Católica
su cambió de nombre no cambia su naturaleza.
LA MASONERIA ES UNA
SOCIEDAD SECRETA POR QUE:
1.
SE HACE JURAMENTO DE GUARDAR SECRETO ABSOLUTO.
2.
SE GUARDA OBEDIENCIA A JEFES OCULTOS.
3.
POR EL HERMETISMO DE LAS DOCTRINAS QUE ENSEÑAN ASÍ COMO SUS RITOS Y POR LA
CONDUCTA QUE TIENEN SUS DIRIGENTES, QUE NO ES OTRA QUE PERMANECER EN LAS
SOMBRAS Y DESDE ALLÍ MAQUINAR LA DESTRUCCIÓN DE LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA.
¡¡¡CUIDADO!!!
Los
miembros de la masonería, incluso los grado 33, se muestran públicamente. Eso
es porque los que verdaderamente detentan el poder permanecen en la oscuridad
del anonimato. Ya lo dije muchas veces, dentro de la masonería existe otra
masonería. Es un grupo elite, en el que pocos entran, y donde se sirve
abiertamente a LUCIFER.
La masonería que niega el infierno es una prueba de su existencia.
“El último y principal
de los intentos masónicos: la destrucción radical de todo el orden religioso y
civil establecido por el cristianismo”. (León XIII, “Humanum Genus”, 1884)
Leyendo la Encíclica de León XIII “Humanum Genus”
sobre la Masonería (abril de 1884) y las obras más serenas y objetivas escritas
sobre la materia (obras resumidas en el artículo Francmasonería del Diccionario
Teológico Católico), se ve cuál es el fin secreto y auténtico de la misma. Desde
que la malicia del demonio dividió el mundo en dos campos: dice, en resumen,
León XIII, la verdad tiene sus defensores, pero también sus implacables
adversarios. Son las dos ciudades opuestas de que habla San Agustín: la de
Dios, representada por la Iglesia de Cristo con su doctrina de eterna
salvación, y la de Satanás, con su perpetua rebelión contra la enseñanza
revelada. La lucha entre ambos ejércitos es perenne, y desde el fin del siglo
XVII, fecha del nacimiento de la mentada asociación, que ha reunido fundido en
una todas las sociedades secretas, las sectas masónicas han organizado una
guerra de exterminio contra Dios y su Iglesia. Su
finalidad es descristianizar la vida individual, familiar, social,
internacional, y para ello todos sus miembros se consideran hermanos en toda la
faz de la tierra; constituyen otra iglesia, una asociación internacional y
secreta.
“El género humano, después de apartarse miserablemente
de Dios, creador y dador de los bienes celestiales, por envidia del demonio,
quedó dividido en dos campos contrarios, de los cuales el uno combate sin
descanso por la verdad y la virtud, y el otro lucha por todo cuanto es
contrario a la virtud y a la verdad. El primer
campo es el reino de Dios en la tierra, es decir, la Iglesia verdadera de
Jesucristo. Los que quieren adherirse a ésta de corazón como conviene
para su salvación, necesitan entregarse al servicio de Dios y de su unigénito
Hijo con todo su entendimiento y toda su voluntad. El
otro campo es el reino de Satanás. Bajo su jurisdicción y poder se encuentran
todos lo que, siguiendo los funestos ejemplos de su caudillo y de nuestros
primeros padres, se niegan a obedecer a la ley divina y eterna y emprenden
multitud de obras prescindiendo de Dios o combatiendo contra Dios. Con
aguda visión ha descrito Agustín estos dos reinos como dos ciudades de
contrarias leyes y deseos, y con sutil brevedad ha compendiado la causa
eficiente de una y otra en estas palabras: “Dos
amores edificaron dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios
edificó la ciudad terrena; el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la
ciudad celestial”. Durante todos los siglos han estado luchando entre sí
con diversas armas y múltiples tácticas, aunque no siempre con el mismo ímpetu
y ardor”. (Humanum Genus, 1884).
León XIII, hacia el fin de su Encíclica, revela el modo como estas sectas clandestinas se insinúan en el corazón de los príncipes, ganándose su confianza con el falso pretexto de proteger su autoridad contra el despotismo de la Iglesia; en realidad, con el fin de enterarse de todo, como lo prueba la experiencia; ya que después ––añade el Papa–– estos hombres astutos lisonjean a las masas haciendo brillar ante sus ojos una prosperidad de que, según dicen, los Príncipes y la Iglesia son los únicos pero irreductibles enemigos. En resumen: precipitan las naciones en el abismo de todos los males, en las agitaciones de la revolución y en la ruina universal, de que no sacan provecho más que los más astutos.