En la encíclica “Sapiensae Christiane”, al referirse a las obligaciones
de los católicos, decía el Papa León XIII:
“Ceder el puesto al enemigo, o callar cuando de todas partes se
levanta incesante clamoreo para oprimir
a la verdad, propio es de hombres cobardes, o de
quien duda estar en posesión de las verdades que profesa. Uno y otro es
vergonzoso e injurioso a Dios; uno y otro contrario
a la salvación del individuo y de la sociedad; provechoso únicamente para los
enemigos del nombre cristiano, porque la cobardía de los buenos fomenta
la audacia de los malos”
“Lo primero que ese deber nos impone es
profesar abiertamente la doctrina católica y propagarla cada uno según sus fuerzas.”
“Nada daña tanto a la sabiduría cristiana
como no ser conocida, pues siendo bien entendida, basta ella sola para rechazar
todos los errores. Nadie crea que se prohíbe a los particulares poner en uso
algo de su parte.”
“Más aún, a los Padres del Concilio Vaticano
les pareció tan oportuna y fructuosa la colaboración de los particulares, que
hasta juzgaron deber exigírsela.” 1
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“Colección de Encíclicas y Cartas Pontificias”. Por la Acción Católica
Española. Editorial Poblet (Bs. As., 1944).