I. —Sublime hija de la Lorena. De rodillas
te imploramos; —Ven y sé nuestra guía. —Tú nos respondes: “¡Levantaos
franceses!”—“En la ciudad y en la aldea” –– “¡Unid vuestros corazones” —“Llegó
la hora de la cruzada —Contra el enemigo francmasón!”
Coro.
–– ¡Gloria a Juana! — ¡Gloria! — Con el auxilio de Dios, la victoria
—Alcanzarán nuestros nobles corazones. — ¡Elevemos nuestros corazones! — ¡Que hemos
de salir vencedores! ¡Gloria a Juana! ¡Gloria! ¡Gloria!
II. — Nombres de Jesús y de María, –– Con
vuestra protección venceremos. —La infernal masonería — Colmó ya nuestras
desgracias. — ¡Audaz! ¡Ved cuántos ultrajes!... — De Juana sigamos el ejemplo.
— ¡Audaz! Reanimemos nuestro valor; —Nuestro enemigo es el francmasón!
Coro.
— ¡Gloria a Juana! etc.
III. —
De las sombrías hordas masónicas –– Aprendamos a descubrir las maquinaciones. —
¡Vamos, con Dios, católicos, — Contra Satán y sus secuaces! — Ha vuelto la
esperanza a nuestro corazon; — Ya no hay que sufrir la esclavitud. —Habló Juana:
¡A los infames! — Nuestro enemigo es el franc-mason.
Coro.
— ¡Gloria a Juana! etc.
IV. —
En su lóbrega madriguera, el enemigo — Dícese dueño de nuestra suerte. — ¡Oh
Juana de Arco, en esta guerra, — Es la apuesta de vida o de muerte! — ¡Al
combate! y sigamos tu ejemplo, — O lentamente pereceremos. — ¡Destruyamos el
templo de Satán! — ¡Dios lo quiere! No más franc-masones!
Coro. — ¡Gloria a
Juana! etc.