En el momento en que se daba comienzo al Concilio Vaticano II (Octubre de 1962), una sociedad secreta muy poco conocida, la Ordo Templis Orientis (Orden del Templo de Oriente) (OTO), realizó una ceremonia a fin de celebrar la apertura del Concilio.
El
icono oculto de la OTO, el “Stele of Revealing” (Estela de Revelación):
“Estela: Una losa
de piedra o un trozo de madera con una inscripción o diseño que fue usado como
un monumento o jalón de una sepultura. En particular la Estela de Revelación es
un objeto religioso egipcio que data de la época de la dinastía 26a. Se trata
de una de una madera (de 31 x 51.5 cm), revestida con estuco y pintado con
escenas mitológicas y escritura jeroglífica. Fue hecho para conmemorar la
muerte de un sacerdote de Tebas, consagrado al Dios Mentu, llamado
Ankh-f-n-khonsu. Aunque muchos objetos fueran típicamente sellados dentro de la
tumba junto con el cuerpo, objetos funerarios como éste fueron colocados fuera
de la tumba como un punto focal para los ofrecimientos dados por amigos y
parientes del difunto. Después de descubrir este Stele en un museo en El Cairo,
Crowley
recibió la comunicación mística conocida
como el Libro de la Ley.” Fue
llevado desde Hamburgo a través de Alemania hasta Zurich y luego hacia Stein,
donde se lo guardó en la capilla de la OTO, mientras resonaban las campanas,
llamando a un ritual gnóstico (Pág. 103).
Simplemente ¿qué es esta Orden de los Templarios Orientales? Y ¿qué
conocimiento previo tenía de los planes del Concilio que los llevó a celebrar
su apertura?
Estas
preguntas están contestadas en el libro Blood on the Altar, ya que Craig Heimbichner
desenmaraña la historia y el funcionamiento de lo que él denomina la sociedad
secreta más peligrosa del mundo, el
poder detrás del Gobierno Invisible o Criptocracia (Crypto-cracy).
La Criptocracia está involucrada en la transformación
o “el
procesamiento alquímico” de la conciencias de las masas, mediante la
manipulación psicológica de la mente. Con la ayuda de las sociedades secretas, se
realizan pruebas, se miden los resultados y se “diseñan” los acontecimientos mundiales (Págs. 5-6, 15, 137). El
objeto es que las masas vivan de manera controlada, como si fueran títeres del
Nuevo Orden Mundial Masónico.
La OTO,
instituida hace un siglo, conforma el “colegio de graduados” de la masonería, y
se autodenomina la “Academia de la Masonería”. Contiene a todos los grados de
la masonería y del iluminismo y es la más alta sociedad secreta para la elite
de la masonería.
Como organización internacional, la OTO es
una organización “religiosa” que, en
EE. UU., se encuentra exenta de impuestos (Págs. 13-14, 25, 76, 87, 91-92). Los
escritos de quien por mucho tiempo fue su cabeza, el agente de inteligencia
británico y satanista Aleister Crowley
(fallecido en 1947), quien se hacía llamar la Gran Bestia 666, reveló que la OTO se funda en el satanismo: Aleister
Crowley “ha sido una
referencia constante en determinados ambientes de la contracultura anglosajona
contemporánea. Por ejemplo, en el ámbito musical, donde los Beatles, Rolling
Stones, Ozzy Osbourne o Daryl Hall han reivindicado su figura y/o su mensaje a
través de sus canciones”. (Koch, Paul H.; “Illuminati”; Ed. Planeta; Buenos
Aires; Pág. 146 y 147).
Crowley llamaba a Satán “mi señor” y decía,
refiriéndose a la OTO: “No tenemos escrúpulos en restaurar la “adoración al
diablo” (Pág. 28). Sin embargo, en la OTO, la adoración al diablo no se realiza
abiertamente bajo el nombre de Satán, sino subrepticiamente bajo el nombre del
ídolo satánico con cabeza de cabra: Bafomet. También
denominado León y Serpiente, Bafomet es adorado como Dios en las misas
gnósticas, que es la liturgia central de la OTO (Págs. 29-30).
La misa gnóstica,
ideada por Crowley, no es una misa negra, es decir, una Misa Católica
invertida, sino una parodia blasfema de la Misa Católica (Pág. 15). Es muy
importante entender que las raíces de la masonería se entrelazan con el
judaísmo, lo cual nos ayuda a ver la mano de la masonería detrás los
judaizantes de la Iglesia Católica.
Heimbichner afirma que toda la masonería está subordinada al judaísmo. Un “operativo clave” (Se refiere a Félix Lazerus Pinkus (1881-1947), quien además se desempeñó como presidente de la Unión de Sionistas de Zurich) en la institución de la OTO, fue un miembro activo de la B’nai B’rith, que es la masonería judía (Pág. 89).
La esencia de la masonería, declara
Heimbichner (Págs. 8-9) se remonta a la adoración sumeria de Satán (“Shaitan”),
que también pasó por el Antiguo Egipto y Babilonia. Las antiguas formas de
adoración satánica fueron más tarde preservadas y transmitidas por tradición
oral, mediante los rabinos judíos, como las “tradiciones de los antiguos o
ancianos” fuertemente condenadas por Nuestro Señor Jesucristo (Mc. 7:1-13. Mt.
15:1-9).
Después
de la destrucción del Segundo Templo en el 70 D.C., la tradición oral fue
escribiéndose gradualmente en lo que llegó a ser el Talmud
y la Kábala que es totalmente gnóstica y llena de magia negra, fundamentada en el judaísmo, una
religión “totalmente distinta” de la de los israelitas del Antiguo Testamento.
El judaísmo es “una secta sobreestructurada, con tradición inbíblica, artificial y
superstición pagana”.
Heimbichner
cita a autoridades judías sobre la Kábala y a expertos en el simbolismo
ocultista, para exponer el hecho de que ciertos ritos cabalistas se
corresponden con las técnicas ocultas del yoga tántrico hindú de magia sexual.
Estos rituales depravados son una continuación de la magia de templo de los
cananitas, babilonios y de otras naciones que desataron la ira de Dios.
Su objetivo en el judaísmo es amalgamar los
aspectos femeninos y masculinos de la divinidad para obtener un judío andrógino
equilibrado, “totalmente masculino”, el “cuerpo de Dios”, llamado Adam Kadmon.
Una
autoridad de la Kábala citado por Heimbichner expresa que “El deber de los
judíos piadosos”, es recitar diariamente la formula kabalística para promover
místicamente esta unidad (Págs. 77-78, 86, 136). La
Enciclopedia Judía admite, declara Heimbichner, que el gnosticismo judío
incluye la magia oculta y que ésta inspiró el gnosticismo cristiano (Pág. 88).
Este ocultismo también fue transmitido a través de los maniqueos, los cataros y
otros grupos, finalmente corrompió a los Caballeros Templarios del Siglo XII,
transformándolos en una orden oculta (una sociedad secreta judía). La Iglesia
condenó y prohibió la orden por adorar a Bafomet, y practicar la sodomía — lo
que los ocultistas consideraban magia sexual “avanzada” (Págs. 9, 80).
La
tradición templaría se introdujo en la masonería, y la magia sexual “se
encuentra en el corazón de los grados más altos de la masonería, tal como
existe en la OTO”. Este es el “secreto supremo” de la masonería, sólo conocido
por masones de alto grado (Págs. 77, 81, 95). “El autor Paul H. Koch, relata en la obra citada anteriormente, que en
una discusión en una noche londinense de 1912, entre el alemán Theodor Reuss,
que había reemplazado por fallecimiento al fundador de la OTO (Kart Kellner) y
Aleister Crowley, el primero le recrimina a Crowley haber “publicado alegremente el secreto más exclusivo de la
orden, el grado noveno”. Ante la negativa del acusado, Reuss tomó el
libro que había publicado Crowley, “Líber 333 - El libro de las mentiras” y
señaló la frase que decía: “...Bebed el Sacramento y pasáoslo los unos a los
otros”. Este sacramento, según él mismo reconocería después, no era otra cosa
que el semen vertido por el mago en la vagina de la sacerdotisa durante
determinado ritual mágico, que después era recogido de los genitales femeninos
y consumido por los asistentes” (Pág. 147).
Existe la magia sexual en el octavo y noveno
grado de la OTO y la homosexualidad en el onceavo, su grado más alto.
Inclusive,
en los grados más bajos de la Masonería, las Logias Azules, enseñan la negación
gnóstica de Dios y la afirmación del hombre como Dios, gobernante de sí mismo,
una divinidad “que va creciendo” —es decir, una especie de Anticristo (Págs. 81- 82).
LA
MENTE DUAL
Craig Heimbichner revela que esta enseñanza
es un engaño típico de la masonería/OTO. Albert Pike,
Soberano Gran Comandante de la masonería del Rito Escocés, confesó en 1871 en
su libro Moral y Dogma, que es la “declaración dogmática definida de las
creencias masónicas”, (COMENTARIO DEL
BLOG: Lean bien esto masones serviles e inservibles, como sus propios jefes los
engañan, y si no lo creen sólo lean el libro.) Sólo los “Adeptos” o “Elegidos” llegan a conocer los secretos ocultos.
Pike afirma que el objetivo de la masonería
es “ocultar la Verdad, que se la llama
Luz” a los grados más bajos (Págs. 56-58). Como lo resalta Heimbichner “la ilusión del auto gobierno y de la
divinidad se usa como una droga embriagadora para inyectarla en las víctimas
inocentes, tanto dentro como fuera de las logias para que se crean omnipotentes
y omniscientes”, por encima de todo engaño o esclavitud posible (Pág. 82).
Pike
enseñaba que la verdadera “luz” que
los masones prometen buscar, y que se encuentra en los más altos grados de la
masonería, debe ser recibida de Lucifer, el “Portador de la Luz”.
Expresa, asimismo, que la búsqueda de la Luz
conduce de vuelta a la Kábala, y Crowley
también lo afirma, declarando que la Kábala es el “total fundamento” de la OTO.
Al
respecto, Heimbichner concluye señalando que “La masonería es el jardín de infantes del
Luciferismo desde donde se eligen los candidatos prometedores (para los grados
más altos), mientras que se aparta a otros y se los deja para siempre en la
oscuridad, satisfechos de explotar sus viejas conexiones de buen chico y jugar
su farsa caritativa”. (Págs. 58, 116-17)
Siendo Satán el padre
de las mentiras, la “caridad” masónica es una chapa que esconde el verdadero propósito
de la masonería, que no es otro más que el control totalitario del mundo según los principios de
la Kábala. Heimbichner
marca que “la identificación masónica
con Lucifer es un intento de invocar las fuerzas sobrenaturales que activan el
gobierno tiránico”, y cita pasajes de la Escritura que compara a los reyes
tiránicos con Satán. En los tiempos modernos, tenemos la Revolución Francesa y el Comunismo, ambos “impuestos en nombre de los más elevados ideales de fraternidad e
igualdad, y las promesas judeo-bolcheviques del paraíso para los trabajadores y
paisanos” (Págs. 59-60).
“Esta afirmación surge del pasaje en que el autor del
libro comenta sobre los estudios de Tomás Molnar, respecto al hilo conductor de
las revoluciones francesa y rusa, respectivamente.
No
obstante, entre muchos otros testimonios, conviene que los lectores tengan
conocimiento de lo que escribiera en relación a este tema, por ejemplo, el
honorable Winston S. Churchill, en el Illustrated
Sunday Herald, en el artículo que publicara el 8 de febrero de 1920,
Pág. 5: “Sionismo vs bolchevismo - Una lucha por el
alma del pueblo judío”, (reproducción parcial):
“No
hay ninguna necesidad de exagerar el papel jugado en la creación de Bolchevismo
y en la actual causa de la Revolución Rusa: por estos internacionales y en su
mayor parte Judíos ateos. Esto es seguramente muy significativo; probablemente
pesa más que todos los otros. Con la excepción notable de Lenín, la mayoría de
las figuras principales son judíos. Además, la inspiración principal y el poder
conductor vienen de los líderes judíos. Así Tchitcherin, un ruso puro, es
eclipsado por su subordinado nominal Litvinoff, y la influencia de rusos como
Bukharin o Lunacharski no puede ser comparado con el poder de Trotsky, o de
Zinovieff el Dictador de la Ciudadela Roja (Petrogrado), o de Krassin o Radek -
todos Judíos. En las instituciones soviéticas el predominio de judíos es aún
más asombroso. Y el prominente, si no de hecho el rol principal, en lo relacionado
con el sistema de terrorismo aplicado por las Comisiones Extraordinarias para
Combatir la Contrarrevolución, ha sido asumida por Judíos, y en algunos casos
notables por Judías”.
Heimbichner hace una observación importante
relacionada al intento Kabalista de amalgamar una divinidad masculina y una
femenina, como también combinar los dos pilares opuestos en su Árbol de la Vida: el de la Misericordia
y el de la Severidad, lo que indica su naturaleza intrínsecamente
contradictoria - de hecho dialéctica.
Esto produce una “Mente Dual”, que así como fue practicada por los
discípulos masones/OTO, genera “una
hipnosis de confusión pero convincente de doble discurso” (Pág. 6l). Los
lectores indudablemente recordarán la descripción que hace George
Orwell en su libro “1984”, referida a la locura del pensamiento,
característica de una sociedad totalitaria. Se
consigue el control mental completo de las personas cuando se logra que,
simultáneamente, sostengan dos ideas contradictorias como igualmente válidas.
El andrógeno Bafomet, adorado por la OTO,
simboliza la Mente Dual, es decir, la duplicidad de dos caras. Esto explica el
engaño practicado sobre los mismos masones. Pero la OTO, en búsqueda del
control mundial total, ha extendido el doble pensamiento en la sociedad y en la
Iglesia, intentando controlar tanto el pilar Izquierdo del liberalismo y del
hedonismo radical, como el pilar Derecho y sus preferencias de un gobierno
oligárquico autoritario y de una cultura clásica. Heimbichner siguió el rastro de la
infiltración de los miembros de la OTO en el gobierno y entre los militares
norteamericanos, en la NASA, Hollywood, el FBI, los grupos “patrióticos” de
derecha y los movimientos de la New Age. Da ejemplos de cómo su amplia
influencia en la elite, le ha permitido transformar las masas, “diseminando la energía de Satán por todo
el planeta” (Págs. 17, 119 - 29). Usa el
ejemplo del líder de la OTO, James Wasserman, a fin de ilustrar cómo la OTO se
infiltra en la Derecha, y declara que él y otros investigadores han recopilado
pruebas de los agentes ocultos hasta en el movimiento por la Misa Tradicional (Págs. 35-40,44).
Por
cierto, que este crítico ha encontrado tradicionalistas con mente duales que
promueven un ocultismo “católico”, incluso sugiriendo que la Misa Negra podría
ser lícita. Otros Tradicionalistas
profundizan las “profecías” de Nostradamus, o buscan constantemente videntes
modernos no calificados. Y tradicionalistas que desean saber si San Juan en la
pintura de “La Última Cena” no es en realidad María Magdalena, cuestión que ha
sido preparada alquímicamente por el libelo blasfemo contra Jesucristo y su
Iglesia en el “Código Da Vinci”.
Fuera del movimiento tradicionalista, la
transformación tiene un éxito maravilloso. Las indicaciones más claras son las
negaciones de los neoconservadores a criticar el sincretismo del Papa Juan
Pablo II y las Misas llenas de sacrilegios, sabiendo, sin embargo, que estas
acciones están mal; así como el intento de canonizarlo como mártir, a pesar de
que murió pacíficamente en su cama y amado por todo el mundo.
LA LEY DE THELEMA
Intentando destruir la moralidad cristiana,
la cabeza de la OTO, Aleister Crowley predicó la Ley de Thelema: “Haz tu voluntad” o “haz lo que quieras”. Influyó mucho en el movimiento hippie y
en el uso de drogas psicodélicas. Crowley fue famoso gracias a los Beatles y a
otras “estrellas” del rock, de Hollywood y a las más importantes librerías
(Págs. 48-50, 130). Su compromiso con los
sacrificios de animales y su pedido de sacrificios humanos, pudieron haber sido
un factor en los asesinatos de la masonería (Págs. 18-22).
Junto al discípulo Gerald Gardner, creó el sistema moderno de Wicca
o “brujería blanca”, que no es la
brujería tradicional, sino la “brujería”
y adoración a las diosas, practicado por las feministas y monjas católicas
modernistas. Las películas y los libros de Harry Potter, que promueven
la concepción del “brujo bueno”, han sido reconocidos por la Federación Pagana
de Inglaterra por inculcar a miles de jóvenes el interés en la brujería.
Las películas de Disney, los show de
televisión y las estrellas famosas de la música pop, también presentan Wicca a
los jóvenes, observa Heimbichner (Págs. 16, 52-54). Las cartas de Tarot de Aleister Crowley no
solo insertan a los jóvenes en la OTO, sino que también son la base de juegos
de computadoras dramatizados, que cada vez más está introduciendo temas
oscuros, sangrientos y los demonios de OTO (Págs. 24-27). Dado que él mismo usó de la magia sexual, el
bisexual Crowley predicaba que todas las perversiones deberían ser abiertamente
practicadas, y que “todos los niños
deberían acostumbrarse desde la infancia a ver cualquier tipo de acto sexual”.
Heimbichner comenta que “la industria
del espectáculo de Hollywood tomó en serio su consejo, también lo hicieron las
casas editoras de Nueva York”, mientras que otros miembros de la OTO han
promovido el “amor entre hombre y niño”.
Agrega, además, que el conocido “sexólogo” Alfred Kinsey (fallecido en
1956), cuya influencia en la educación sexual ayudó a erosionar la moralidad
norteamericana, era amigo de Crowley, a quien cita como a su “inspiración más importante”. Kinsey “era un pederasta que usó a cientos de
niños en actos sexuales relacionados con su famosa investigación médica”, y
que fue glorificado en una película de Hollywood de los Estudios Fox en el 2004
(Págs. 16-17, 117).
Heimbichner
resalta aquí dos puntos interesantes. Por un lado su investigación muestra que
las raíces del difundido cáncer de la pedofilia, que incluso ha enlodado a los
clérigos católicos, en realidad no nacen de Crowley o de la OTO, sino que se halla en el Talmud (Pág. 114). Por
otro lado, el disgusto de los medios por la homosexualidad clerical, dada la promoción
personal que hacían de la inmoralidad, ha traicionado su Mentalidad Dual y su
rol en la hipnosis de las masas. El doble pensamiento de los medios en
cualquier contexto “prueba el estado de
trance del pueblo”, es decir, lo que las masas aceptarán como noticia o
explicación oficial. El programa de la transformación de las mentes se va
ajustando en relación a las respuestas (Pág. 112).
Heimbichner da ejemplos
del doble discurso del Talmud y de las leyes judías creadas por los hombres
respecto a las “sanciones rabínicas por
abusos sexuales a menores”, incluso a niñas menores de tres años. No es
sorprendente que la “sodomía en la
sinagoga sea un secreto bien guardado”, expresa Heimbichner. Cita un
reportaje que realizó no hace mucho tiempo el diario israelí Ha’aretz, “que por décadas la sodomización de los
estudiantes (en las escuelas de Talmud de sexo masculino), fue permitida y los
más grandes de los rabinos ultra ortodoxos la encubrían”. Por supuesto,
los medios controlados de occidente no levantaron ninguna protesta clamorosa (Págs. 114-16) (Periódico Ha’aretz, 1 de Febrero de 2000 (Blood on the Altar; Pág.
115). Mientras tanto, nuestras
antiguas ciudades cristianas han sido “transformadas” a fin de que acepten la
perversidad sexual como un derecho humano, y la institucionalización de las
relaciones perversas como “matrimonio”. Sólo
es cuestión de tiempo y una posterior reeducación, antes de que la pedofilia
sea permitida porque, “Crowley consideró
toda separación de homosexuales y pederastas como artificial y absurda” y
rechazó limitarse. Pensaba que la
restricción es un pecado. Heimbichner observa que ahora influyentes
educadores norteamericanos, periodistas y precisamente jueces, ven “al pecado de la restricción del modo que
lo veía Crowley.” (Págs. 117-18).
Ahora, resulta bastante obvio que el mundo
moderno está completamente orientado hacia la juventud. Las leyes aseguran que
la juventud no sea disciplinada. La
educación está “centrada en los niños”. Las
modas, la música, y los entretenimientos están dirigidos hacia el consumidor
joven. Los partidos políticos tienen
secciones de juventudes, la edad para
votar se va reduciendo, y los gobiernos
y las Naciones Unidas buscan la aprobación de la juventud.
Incluso
la Iglesia Católica ha entrado en el juego al predicar a los jóvenes la ley del
Thelema de Crowley: haz tu voluntad. Existen “misas” de niños o jóvenes muy
corrompidas como para recurrir a ellas. Se alienta a la juventud a que discuta
y critique las creencias y las prácticas de la Iglesia. En lugar de enseñarles
a cumplir los mandamientos de Dios y de la Iglesia, se les enseña a descubrir
sus propios valores e idear su propia espiritualidad. Esta complacencia thelémica culmina en las
extravagancias salvajes llamadas las Jornadas Mundiales de la Juventud (en las
que el reclamo principal para los jóvenes e la “diversión”, no mensajes
doctrinales o de valores.
Justo sucede que Aleister Crowley predijo
(Págs. 50-51) que el avance del “Crowleinismo”
en la cultura mediática dominante engendrará el “Siglo de Horus”, la edad del Niño Coronado y Conquistador, que
derrocaría al “Siglo de Osiris”, la
era del Dios agonizante. En otros términos, declara Heimbichner, la Nueva Era
de Crowley es aquella en que “Dios Padre
es reemplazado por Horus, el Niño”, mientras que emerge una cultura joven
rebelde (Como
lo explicaba el Papa León XIII en su condena a la Masonería, Humanum Genus, la
masonería controla las masas, especialmente la juventud, mediante su “evangelio
del placer”).
Crowley además planeó que tanto la rebelión
de la “Izquierda”, como la reacción
de la “Derecha” serían controladas
por la OTO. Entonces, por ejemplo, tenemos a ambas la sociedad y la Iglesia a
nivel diocesano mediante programas para padres de jóvenes supuestamente
homosexuales, lavándoles el cerebro para que acepten el “estilo de vida” pecaminoso de sus hijos (ya se ganó la batalla
para lograr que acepten la cohabitación).
SANGRE SOBRE EL ALTAR.
A principios del siglo veinte, la OTO por
poco logra poner uno de sus miembros satanistas en el trono papal. El
Secretarlo de Estado de la época de León XIII, el Cardenal Mariano Rampolla,
fue elegido para el papado luego de la muerte de León XIII. Sólo gracias al antiguo privilegio del
emperador austrohúngaro, Francisco José, de vetar una elección papal, se logró
la remoción de Rampolla y la elección del Papa San Pío X.
Pero a través de Rampolla, que “influyó sobre hombres claves”, “la OTO tuvo la oportunidad de aconsejar,
plantar sus semillas y finalmente formar una política dentro del Vaticano”
en las décadas subsiguientes. Respecto a esto último, Heimbichner siguió el rastro de la
influencia de Rampolla, hasta llegar al masón Arzobispo Annibale Bugnini, arquitecto
de la destrucción de la Misa Tridentina (Págs. 100-102).
Cabe destacar que, además de incluir a
Rampolla en su lista de miembros en el Manifiesto de 1917, la judaizante OTO
también reconoció, como “iniciados de
los más altos grados”, a los jefes de muchas Órdenes de Caballeros Católicas.
Entre estos se encontraban los
Caballeros de San Juan, de Malta y del Santo Sepulcro (Págs. 91-92).
Esto nos conduce a preguntarnos el motivo
por el cual la OTO celebró la apertura del Concilio Vaticano II.
Obviamente tenían un conocimiento previo de la
judaización, el ocultismo y la thelemización de la Iglesia que ahora tendrían
lugar abiertamente. La demolición
de la Iglesia verdadera y la erección de una contraiglesia falsa y
anticatólica, que apenas notan los gradualmente hipnotizados fieles católicos,
muestra que no era inadecuada la fe que tenía la OTO en el Concilio Vaticano
II. De hecho, en 1970, describe Heimbichner, un retrato pintado por un
alemán luterano que representa un Pablo
VI “repulsivo, malvado”, sosteniendo una daga y destrozando la Basílica de San
Pedro, rodeado de símbolos satánicos e iluministas.
El pontífice fríamente comentó que el retrato
era “un reflejo de la situación de la
Iglesia de hoy” y que “uno necesita
casi una nueva filosofía para alcanzar a comprender el significado de esto en
su contexto”. Esta nueva filosofía es la filosofía de Thelema o de la propia
voluntad, comenta Heimbichner, mientras que el contexto de la destrucción de la
Iglesia es el Aeón de Horus, en el cual la New Age satánica y masónica remplaza
el Cristianismo (Págs. 106-7, 136).
El Aeón final proclamado por Crowley será el
Aeón de Maat, la era del Anticristo o del falso Mesías judío. En ese momento,
expresa Heimbichner. “los líderes masones esperan completar finalmente su
ritual del Tercer Grado, al construir el Templo de Salomón de modo tal que la
sangre volverá a fluir sobre el altar de Jerusalén, revirtiendo y anulando
desafiantemente, en la mente talmúdica y ocultista, la sangre de Cristo”.
Como exclamó Crowley a un rabino judío: “dejemos que el Anticristo se levante,
permitámosle que anuncie a Israel su integridad”. La OTO está preparando el
camino para el esperado sueño judeo masónico de reconstruir el Templo de
Salomón de modo tal que la sangre de los animales sea una vez más presentada en
el altar rabínico. ¿Cuánto falta para
que esto suceda? Bueno, Heimbichner cita a un rabino que dice que la
tradición judía demanda el restablecimiento del Sanedrín judío como “condición necesaria para la reconstrucción
del Templo”.
A continuación cita un reportaje de un
diario israelí del 14 de octubre del 2004, que anunciaba “luego de preparaciones reservadas durante más de un año, el
Sanedrín... reanudará sus operaciones luego de 1.500 años” (Págs. 125-26,
129-30). (Periódico Maaravi, 14 de octubre de 2004. Blood on
the Altar; Pág. 130).
Craig Heimbichner concluye su libro
aconsejándonos sacrificar nuestro tiempo y nuestras energías en búsqueda de la
verdad, Debemos rechazar la Mente Dual, deshacernos del trance thelemico y
revertir el proceso alquímico-hipnótico de manera tal que no seamos
sacrificados en el altar de la OTO, por nuestra perdición (Pág. 135). Por supuesto,
como católicos, el modo de evitar tener una Mente Dual es aferramos firmemente
a la Tradición, rechazar toda novedad, y lo fantástico.
Cornelia
R. Ferreira, Publicado en el periódico Catholic Family News, agosto de 2005:
Niagara Falls; New York; EE.UU. y Periódico Patria Argentina Nº 220.
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