2° Organización de la francmasonería
Es una sociedad secreta, cuyos miembros,
ligados por terribles juramentos, obedecen a jefes desconocidos; El secreto
rodea sus orígenes, protege a sus jefes, su fin y sus medios. Los afiliados
están dispuestos a sufrir la pena de muerte si violan sus juramentos.
“Pues bien, este juramento es indigno de un
hombre libre, de un hombre honrado, de un cristiano”
“Es indigno de un hombre libre el obligarse
a servir a señores que no conoce y que no tienen derecho alguno sobre él”
“Es
indigno de un hombre honrado jurar una obediencia ilimitada: el deber y el
honor son límites que uno debe reservarse siempre”
“Es indigno de un cristiano pronunciar un
juramento que hace caso omiso de los soberanos derechos de Dios” (Petit
Catéchisme).
Por eso, los Sumos
Pontífices han condenado este juramento criminal.
La francmasonería está constituida
jerárquicamente. Satán ha querido formar su
sinagoga a semejanza de la Iglesia de Jesucristo. La logia es una
reunión de francmasones. Un cierto número de logias reunidas forman un centro o
federación con el nombre de Rito. En cada parte del mundo hay establecidas
varias federaciones.
Tal es la organización exterior de la
francmasonería; sus afiliados son, en su mayor
parte, engañados, poco iniciados en los secretos de la secta, si no
están en los grados elevados. La verdadera
masonería se halla en las trastiendas de las logias, más o menos unidas entre
sí por un Consejo supremo y oculto, cuyo jefe da la consigna a todas las logias
del mundo. Un denso velo cubre esta masonería secreta; es verdaderamente
la sinagoga de Satanás. (Nota del blog, para los que leyeron
nuestro comentario a la publicación ¡o católico o masón! Dijimos que aún un
grado 33 es un perrito faldero, pues así como la masonería constituye un estado
dentro de otro estado, existe una masonería (sinagoga de satanás) dentro de la
masonería y que maneja todas las logias del mundo, ya tocaremos ese tema en una
publicación especial, pero baste para probar nuestras afirmaciones lo que aquí
dice el Padre Hillaire)
Se cuentan en Francia cuatro ramas o federaciones del orden masónico: el Gran
Oriente, el Rito Escocés; el Rito Misraim y la Masonería mixta.
La federación del Gran Oriente está mucho
más extendida que las otras; su sede está en París; sus miembros se reúnen en
grupos que toman el nombre de Talleres.
Los Talleres consagrados a los tres primeros
grados (Aprendiz, Compañero y Maestro), llevan el nombre de logias; el maestro que los preside se llama
Venerable.
Los Talleres consagrados a los masones del
grado 18, o Rosa Cruz, se llaman Capítulos;
y los que se componen de masones revestidos con el grado 30, o Caballeros
Kadosk, se llaman Consejos o Areópagos. (Nota del blog el grado 18 es de importancia suprema por
su función que la explicaremos más adelante)
Hay 33 grados reconocidos por el Gran
Oriente. El taller superior, compuesto de francmasones del grado 33, se llama Gran Colegio de los Ritos.
Al lado de ese Gran Colegio se halla el Consejo de la Orden, compuesto de 33 miembros
elegidos por la Asamblea General del Gran Oriente y renovable anualmente por
tercios. Él es el que administra la federación, provee a la ejecución de las
leyes masónicas, crea las logias y se pone en relación con las otras potencias
masónicas de Francia y del mundo entero.
Todos los años se reúne la asamblea general
del Gran Oriente, llamada Convento,
compuesta de todos los delegados de las Logias de la Federación y de los
miembros del Consejo de la Orden. El convento ejerce el Poder Legislativo.
3º Finalidad de la francmasonería
La francmasonería es censurable en su fin y
en sus medios. Aparentemente tiene por fin la filantropía: “Nuestra Sociedad,
dicen los francmasones, establece entre nosotros una solidaridad fraternal que
nos lleva a ayudarnos unos a otros”.
Los francmasones se llaman hermanos; pero es una fraternidad de interés se
aman en cuanto les conviene amarse. Es una
fraternidad sin corazón, que rechaza al pobre a causa de las cargas que impone,
y tiende los brazos al burgués cándido que se deja explotar. No son
verdaderos hermanos sino en su oposición contra Cristo y su Iglesia. Si la
masonería no fuera más que una sociedad de socorros mutuos, no ocultaría sus
reuniones, ni el nombre de sus adeptos, ni sus obras, y nunca los Papas la
hubieran condenado con palabras tan drásticas…
Su fin aparente no sirve sino para
disfrazar, su fin último, para poblar sus logias y para engañar a los ingenuos.
El verdadero fin de la
francmasonería es reemplazar la religión de Jesucristo, la Iglesia Católica,
por el naturalismo y substituirse a la Iglesia, colocarse en lugar de Ella.
Llegar a
disminuir toda religión, toda autoridad, toda propiedad y sobre estas ruinas,
establecer el librepensamiento, la moral independiente, el naturalismo puro en
la familia y en la sociedad: esto es a lo que la masonería llama libertad,
igualdad, fraternidad.
¿Queréis algo más pernicioso que un fin
semejante?
Medios
empleados. La masonería emplea la hipocresía y la mentira, la corrupción
y la violencia. (Nota del blog: Para los que me
preguntaron en forma privada como reconocer a un masón, tengan muy encuenta lo
que aquí el Padre dice en sus dos primeras notas, Hipocresía y Mentira, estos
sacrílegos asisten a la Santa Misa y Comulgan sin problemas, en burla a Nuestro
Señor)
1º) La hipocresía y la
mentira. Es
hipócrita: trata de aparecer como una sociedad de beneficencia, cuando en
realidad su propósito es el exterminio del catolicismo. Es hipócrita: bajo los nombres de libertad, de igualdad, de
fraternidad, de progreso, de civilización, oculta la rebelión contra todas las
leyes divinas y humanas. Practica la libertad sometiendo a sus adeptos a la
obediencia más ciega. Practica la igualdad atrayendo a las almas débiles con el
halago de los grados, de los títulos, de las insignias. Practica la fraternidad
profesando el más soberano desprecio a la clase obrera.
Miente cuando sus jefes, ocultando sus
perversos fines, hacen creer a los adeptos que trabajan para iluminar al hombre
y para hacerle libre. Miente cuando desnaturaliza el dogma cristiano para
hacerlo odioso, cuando altera la historia, a fin de ocultar los beneficios y
las glorias de la Iglesia. Con la mentira, la masonería engaña al pueblo. Los
jefes preparan en la sombra leyes contra la Iglesia; da luego a los Talleres la
consigna de sostener tal determinación o propagar tal noticia falsa.
Ésta consigna circula por todas las logias y por todos los diarios de la secta.
Los francmasones patrocinan estas leyes y estas medidas en todas partes, para
formar la opinión pública. Dicen después: ¿Quién puede ir contra el voto
popular? La opinión pública lo pide, etc. Y esta opinión es hija de las logias,
y el pueblo engañado se encuentra, sin saberlo, bajo su dominación.
2º) Corrupción y
violencia. Un
francmasón ha divulgado el principio de la secta: “El mejor puñal, dice, para
herir a la Iglesia en medio del corazón es la corrupción… Haced cuerpos
viciosos y se acabarán los Católicos”. Por eso la secta multiplica los malos
libros, los malos diarios, las novelas, los folletines, los grabados obscenos,
la pornografía, para saturar al pueblo de libertinaje y de vicios.
“Satanás fue homicida
desde el principio”, dice
el Apóstol San Juan. Lo mismo es la masonería. Más de una vez ha hecho
asesinar a los hermanos que violaron el secreto o se negaron a ejecutar sus
órdenes; muchos de sus adversarios han tenido la misma suerte: Luis XVI,
García Moreno, etc.
“La francmasonería
organizó la revolución del 1789 y todas las de nuestro siglo; ha producido el
socialismo, la internacional, el nihilismo, cte., ha derramado la sangre a
torrentes y ha perpetrado numerosos hechos condenados por las leyes”.
“LA
RELIGIÓN DEMOSTRADA” Padre A. HILLAIRE.
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