lunes, 11 de noviembre de 2019

DEMOCRACIA Y MASONERIA





   Hay una democracia legítima, lícita, no puede dudarse de ello; y no queremos decir que la democracia, por ser democracia tenga relaciones con la Masonería. Pero hay también una democracia de tipo liberal, y cabe preguntarse si de modo quizás inconsciente de parte de la democracia, y sí, consciente de parte de la Masonería, no hay muchas veces connivencias.

   En la medida con que esta democracia de tipo liberal acepta y difunde las ideas liberales, en la medida en que se proclama anticlerical o aclerical, dicha democracia hace el juego a la Masonería, ya que no hace otra cosa que aceptar y difundir doctrinas masónicas. ¡La cosa necesita explicaciones!

   Escribe León XIII, hablando de los masones: “Voceando libertad y prosperidad pública, haciendo ver que por culpa de la Iglesia y de los monarcas no había salido ya la multitud de su inicua servidumbre y de su miseria, engañaron al pueblo; y despertada en él la sed de novedades, le incitaron a combatir ambas potestades. Voceando libertad... ¿No es lo que está haciendo cierta democracia?

   Así como la Masonería tiene interés en que asociaciones como el Rotary Club difundan sus ideas, sin ser masónicas, para no espantar a los que todavía hacen algún caso de las condenaciones de la Iglesia, asimismo tiene interés en que haya movimientos, tendencias, y partidos que sin ser escandalosamente laicos, lo que apartaría todavía a muchos católicos sinceros, y bajo una máscara de ortodoxia, aceptan en grados varios sus ideas, y las ponen en práctica.

   ¿Y no puede aplicarse a cierta democracia las palabras de Pío IX a un grupo de católicos franceses, en junio de 1871?: “El ateísmo en las leyes (lo que-admite prácticamente cierta democracia), la indiferencia en materia de religión, (igual), y esas máximas perniciosas llamadas católico-liberales, éstas sí, éstas son verdaderamente la causa de la ruina de los Estados... ¡Creedme: el daño que os anuncio es más terrible que la Revolución!