sábado, 30 de septiembre de 2023

¿POR QUE LA MASONERÍA ES UNA SOCIEDAD “SECRETA” Y NO “DISCRETA” COMO NOS QUIEREN HACER CREER?

 





   Son sociedades secretas aquellas que mantienen estatutos, procedimientos o ritos, que solo son conocidos por sus miembros. Son también sectas secretas aquellas que solicitan a sus miembros que oculten su pertenencia a las mismas, sea este compromiso formal (sociedades secretas) o no (sociedades que se autodenominan “discretas”). Nota: La masonería quiere hoy engañar a los incautos diciéndoles que son una sociedad discreta. Claro que es una mentira para ocultar su carácter de SECRETA. Ambas expresiones son condenados por la Iglesia Católica su cambió de nombre no cambia su naturaleza.

   LA MASONERIA ES UNA SOCIEDAD SECRETA POR QUE:

1. SE HACE JURAMENTO DE GUARDAR SECRETO ABSOLUTO.

2. SE GUARDA OBEDIENCIA A JEFES OCULTOS.

3. POR EL HERMETISMO DE LAS DOCTRINAS QUE ENSEÑAN ASÍ COMO SUS RITOS Y POR LA CONDUCTA QUE TIENEN SUS DIRIGENTES, QUE NO ES OTRA QUE PERMANECER EN LAS SOMBRAS Y DESDE ALLÍ MAQUINAR LA DESTRUCCIÓN DE LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA.

   ¡¡¡CUIDADO!!! Los miembros de la masonería, incluso los grado 33, se muestran públicamente. Eso es porque los que verdaderamente detentan el poder permanecen en la oscuridad del anonimato. Ya lo dije muchas veces, dentro de la masonería existe otra masonería. Es un grupo elite, en el que pocos entran, y donde se sirve abiertamente a LUCIFER.


La masonería que niega el infierno es una prueba de su existencia.

 




   “El último y principal de los intentos masónicos: la destrucción radical de todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo”. (León XIII, “Humanum Genus”, 1884)

 

   Leyendo la Encíclica de León XIII “Humanum Genus” sobre la Masonería (abril de 1884) y las obras más serenas y objetivas escritas sobre la materia (obras resumidas en el artículo Francmasonería del Diccionario Teológico Católico), se ve cuál es el fin secreto y auténtico de la misma. Desde que la malicia del demonio dividió el mundo en dos campos: dice, en resumen, León XIII, la verdad tiene sus defensores, pero también sus implacables adversarios. Son las dos ciudades opuestas de que habla San Agustín: la de Dios, representada por la Iglesia de Cristo con su doctrina de eterna salvación, y la de Satanás, con su perpetua rebelión contra la enseñanza revelada. La lucha entre ambos ejércitos es perenne, y desde el fin del siglo XVII, fecha del nacimiento de la mentada asociación, que ha reunido fundido en una todas las sociedades secretas, las sectas masónicas han organizado una guerra de exterminio contra Dios y su Iglesia. Su finalidad es descristianizar la vida individual, familiar, social, internacional, y para ello todos sus miembros se consideran hermanos en toda la faz de la tierra; constituyen otra iglesia, una asociación internacional y secreta.

 

 

 

   “El género humano, después de apartarse miserablemente de Dios, creador y dador de los bienes celestiales, por envidia del demonio, quedó dividido en dos campos contrarios, de los cuales el uno combate sin descanso por la verdad y la virtud, y el otro lucha por todo cuanto es contrario a la virtud y a la verdad. El primer campo es el reino de Dios en la tierra, es decir, la Iglesia verdadera de Jesucristo. Los que quieren adherirse a ésta de corazón como conviene para su salvación, necesitan entregarse al servicio de Dios y de su unigénito Hijo con todo su entendimiento y toda su voluntad. El otro campo es el reino de Satanás. Bajo su jurisdicción y poder se encuentran todos lo que, siguiendo los funestos ejemplos de su caudillo y de nuestros primeros padres, se niegan a obedecer a la ley divina y eterna y emprenden multitud de obras prescindiendo de Dios o combatiendo contra Dios. Con aguda visión ha descrito Agustín estos dos reinos como dos ciudades de contrarias leyes y deseos, y con sutil brevedad ha compendiado la causa eficiente de una y otra en estas palabras: “Dos amores edificaron dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios edificó la ciudad terrena; el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la ciudad celestial”. Durante todos los siglos han estado luchando entre sí con diversas armas y múltiples tácticas, aunque no siempre con el mismo ímpetu y ardor”. (Humanum Genus, 1884).

 

   León XIII, hacia el fin de su Encíclica, revela el modo como estas sectas clandestinas se insinúan en el corazón de los príncipes, ganándose su confianza con el falso pretexto de proteger su autoridad contra el despotismo de la Iglesia; en realidad, con el fin de enterarse de todo, como lo prueba la experiencia; ya que después ––añade el Papa–– estos hombres astutos lisonjean a las masas haciendo brillar ante sus ojos una prosperidad de que, según dicen, los Príncipes y la Iglesia son los únicos pero irreductibles enemigos. En resumen: precipitan las naciones en el abismo de todos los males, en las agitaciones de la revolución y en la ruina universal, de que no sacan provecho más que los más astutos.

viernes, 1 de septiembre de 2023

LUCIFER EN LA MASONERÍA. (1 de 4). 1 —La Kabala, fuente principal de la magia negra. Por Monseñor León Meurín. S.J.


 



   En su exposición de la Kabala, M. Franck nos da a conocer las figuras bajo las que se ha tratado de representar a los Sephiroth.

   “Existen—nos dice—tres principales de las que, dos, por lo menos, son consagradas por el Zohar. Una nos muestra a los Sephiroth bajo la forma de diez círculos concéntricos, o, más exactamente, de nueve círculos trazados alrededor de un punto que es su centro común. La otra interpretación nos los muestra en la forma del cuerpo humano. La corona, es la cabeza; la sabiduría, el cerebro; la inteligencia, el corazón; el tronco y el pecho, o sea, la línea del centro, es el símbolo de la belleza; los brazos, representan la gracia y la justicia; las partes inferiores del cuerpo expresan los atributos que faltan”.

   “Es en estas relaciones arbitrarias llevadas a su máxima exageración por los Tikounim (suplementos del Zohar) donde se fundan, en gran parte, la Kabala práctica, y la pretensión de curar, por los diferentes nombres de Dios, las enfermedades que puedan aquejar las diversas partes del cuerpo”. (Franck: La Kabbale; p. 151).

   El mismo autor dice: “Si en el judaismo se hallan rastros de la más sombría superstición, hay que buscar, sobretodo, la causa del terror que inspira por su demonolatría. Efectivamente, es tal el poder que se supone a los espíritus maléficos que el hombre, en cada instante de su existencia, puede creerse rodeado de estos enemigos invisibles, no menos empeñados en la pérdida de su cuerpo que en la de su alma. Apenas ha nacido, cuando ya le esperan junto a la cuna, para disputárselo a Dios y a la ternura de su madre; casi no ha abierto los ojos a este mundo, cuando ya le asaltan mil peligros y mil visiones impuras se apoderan de su pensamiento. ¡Desdichado de él si no resiste! Antes de que la vida haya abandonado su cuerpo, los malos espíritus vendrán a apoderarse de su presa”.

   En efecto, aún en nuestros días nos encontramos frecuentemente con una verdadera multitud de libros populares, llenos de supersticiones, de conjuros, de secretos ocultos, de remedios mágicos, de oraciones blasfemas y diseños Kabalísticos.

   (1) Les Secrets de Petit Albert, —du Grand Albert, — d´Agrippa, —du Grand Etteila, —du Dragon rouge; —du Grimoire du pape Honorius, —de la Magie rouge, etc.

    Aunque parezca ridículo mencionar estos libros, arrancados de manos de personas supersticiosas pertenecientes a la más baja extracción popular, no resulta ocioso hacer notar que en tales libros se halla buena copia de figuras Kabalísticas, que recuerdan ciertas insignias masónicas y que expresan la doctrina de la Kabala judía, como son los triángulos entrelazados, la Estrella flamígera, la letra tau simple, doble, triple y cuádruple, cuyo inmundo significado ya explicamos...

   Hemos hallado, además, evocaciones de los espíritus, y exclamaciones citadas por Léo Taxil  “Les Frères, II p. 284”. “Ritual de las evocaciones”, volumen segundo del “Manual Kabalístico”, del Hermano Constant, grado 30, (página 230). Los textos de estas evocaciones contienen, principalmente, el nombre de Dios bajo diversas formas, como por ejemplo: El ati (Dios viene) Eyé por Eheyé (yo soy): Je-Je-Je —ho-ho-ho —vah-vah- vah (tres veces el nombre de Jehováh silabeado); Khavajoth, Khavajoht, Khavajoht (Evas, Evas, Evas), etcétera...

   Este informe confirma la idea, común a casi todos los autores, que se h an ocupado de la magia diabólica, de que todas las ramas y prácticas de la hechicería tienen| su origen en la Kabala judía.

   La adoración a la Estrella flamígera, al Baphomet, y las “fórmulas escritas en caracteres jeroglíficos” para la evocación de los demonios, de las cuales hay que guardarse “de abusar” “Rituel Sacré; p. 46.” son indicaciones evidentes de que la Masonería, en algunos de sus grados, se entrega abiertamente en las logias a la magia diabólica.

 

FILOSOFÍA DE LA MASONERÍA.