domingo, 29 de agosto de 2021

¿A quién creéis, a la Iglesia o a la masonería? (Año 1950)


 


   En una reciente Pastoral de Su Eminencia el Cardenal Juan Gualberto Guevara, Arzobispo de Lima, fechada el día siete de febrero del presente año, se recuerdan de nuevo los graves peligros que para el dogma y la moral, y, por ende, para la sociedad, encarna la masonería.

 

   Cita el eminentísimo Prelado las diversas condenas dictadas contra la secta por diversos Pontífices, a partir de Clemente XII, y hace constar que en el Concilio de los Obispos americanos celebrado en Roma en el año 1899 –año de la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús , se previno a los fieles que no se dejasen sorprender “con el engaño de que la masonería no es peligrosa en todas partes ni en todos los tiempos, y, por lo tanto, es necesario distinguir entre masonería y masonería. El Concilio –añade el Cardenal Guevara–, poniendo atajo a este falso rumor, afirma categóricamente que la masonería fué y continúa siendo perniciosa para la humanidad, hoy como ayer, y en cualquier parte donde se establezca”.

   Resume Su Eminencia en siete apartados lo que sobre la masonería han enseñado los Papas, y pone de manifiesto cuán grande es el delito de ser masón, y cuánto han de temerse los estragos de la secta, cuando la Iglesia lo sanciona con la pena máxima que es la excomunión.

 

   Termina la Pastoral con las siguientes palabras: “No abrigamos prevención contra nadie, simplemente defendemos la verdad y ponemos un atajo al error y a la materia. A vosotros toca ahora cumplir vuestro deber. ¿A quién creéis, a la Iglesia o a la masonería? ¿Quién es vuestra Maestra en este intrincado asunto en el que se juega la suerte de la Religión y de la Patria? ¿La Iglesia, respondéis? Bien está; pues seguid las normas de la Iglesia, escuchad su voz y someteos a sus mandatos.”

   J. O. C.

 

“CRISTIANDAD” N° 148 Año VII

15 de mayo de 1950


martes, 3 de agosto de 2021

Conclusiones del Congreso Antimasónico Internacional de Trento – Por el Padre Alberto Ezcurra Medrano.


 



El 26 de septiembre de 1896 se reunió en Trento el Primer Congreso Antimasónico Internacional. Fue presidido honorariamente por numerosos obispos y arzobispos de Europa y América, siendo su presidente efectivo el Príncipe Carlos de Lowenstein.

   Las conclusiones a que llegó el mencionado Congreso fueron redactadas, luego de una brillante exposición, por el sabio Profesor Vicente Longo, después de haberse ocupado durante más de veintidós años del problema masónico y de haber estudiado más de ciento cincuenta obras oficiales masónicas. Todas sus afirmaciones, pues, fueron probadas por citaciones y documentos auténticos de la propia Masonería. “Ningún desmentido ha podido producirse después del Congreso para defender la Masonería de las acusaciones que la Sección ha formulado contra ella, lo que prueba una vez más que la Sección ha juzgado exactamente al adversario” (Actes, t. II, pág. 51).

   La Masonería, que recibió la noticia del Congreso con sarcasmos y amenazas, se amedrentó ante la profundidad del ataque, incapaz de una refutación seria, se llamó a silencio, pretendiendo ahogar en él las conclusiones del Congreso.

   Hemos creído conveniente dar a conocer aquí dicho documento, que a pesar de su interés e importancia, no ha tenido la difusión que merece.

 

CONCLUSIONES

 

Primera Sección

 

   Doctrina Masónica. Respuesta a las cuestiones examinadas por la Sección.

   1) ¿Cuáles son las doctrinas religiosas en las cuáles se ha inspirado la Masonería?

 

   A esta cuestión, apoyándose en la autoridad oficial que ha sancionado las doctrinas contenidas en más de 150 volúmenes de obras masónicas, volúmenes que han figurado en la pequeña exposición del Congreso de Trento, se ha declarado por unanimidad.

   Que las doctrinas religiosas y filosóficas reproducidas y propagadas por la Francmasonería son las doctrinas phalicas de los antiguos Misterios de la India, de la Persia, de la Etiopía, del Egipto, de la Fenicia, de la Grecia, de los Romanos, de los Druidas; y, después del Cristianismo, de los Gnósticos, de los Maniqueos, de los Albigenses, de los Pataros y otros semejantes, de los Templarios, de los Filósofos del Fuego o Alchimistas o Rosacruces.

   Estos últimos, el 24 de junio de 1717 fundaron la Masonería en su símbolo actual, para perpetuar bajo su nombre el culto del Phallus, llamado asimismo Naturalismo, o culto de la Naturaleza. Por esto la Masonería se define a sí misma, por boca de la Gran Madre Logia de todas las logias del mundo, Madre Logia de Inglaterra: “La capacidad de la naturaleza, la inteligencia del poder que existe en la naturaleza en sus diversas operaciones”. “En cuanto es la capacidad de la naturaleza, se define por esa simple palabra Luz, la luz por excelencia que ilumina a todo hombre que viene al mundo.”

   “En cuanto es la inteligencia del poder que existe en la naturaleza, se define: “La ciencia que abraza todas las ciencias, sobre todo la ciencia del hombre: “Nosce te ipsum” (Conócete a ti mismo).”

   “Y en cuanto es la variedad de las operaciones de la naturaleza, se proclama: “Un hermoso sistema de moral, bajo el velo de las alegorías y el adorno de los símbolos”.

   “En fin, para resumir, en pocas palabras las precedentes definiciones: “Ella es la ciencia del Santo Nombre de Dios, de la palabra Jehováh, pronunciada e interpretada en logia por Hi-Ho, que quiere decir El-Ella, los dos sexos, las dos potencias generadoras”.

 

   2) ¿Cuáles son las relaciones de la Masonería con el Satanismo?

 

   Respecto de las relaciones de la Masonería con el Satanismo se convino por unanimidad que la simple Masonería o Masonería de los tres primeros grados, de Aprendiz, de Compañero y de Maestro, hallándose como se halla, común y necesariamente dividida en exotérica y esotérica, es decir, que sus miembros, ignorando como ignoran, en su mayor parte, la significación de sus símbolos, y, por consiguiente, no hallándose todavía moralmente preparados y dispuestos para un comercio físico y sensible con los espíritus, o bien con Satán, no existe esta relación bajo el punto de vista físico o sensible entre la Masonería común y los espíritus. Bajo el punto de vista moral e intelectual, sin embargo, tienen una perfecta relación con el satanismo, puesto que es una asociación que se llama a sí misma “Dios”, o como la define Mazzini, “Ecclesia Sancta Dei”, entendiendo por este Dios, a Lucifer o el Sol, principio de la generación material universal.

   Que, en fin, los Maestros de la simple Masonería, bien distintos por sus símbolos y por la separación de sus reuniones, de los Aprendices y Compañeros, a los cuales no les son explicados sus símbolos, pueden practicar, si quieren, el Arte Hermético o negro, la Magia, bajo el nombre de Masonería Sacerdotal, supuesto que por el hecho mismo de ser Maestros, son sacerdotes de Satán, representado en todas las logias simbólicas por la Estrella flamígera o flamente.

 

   3) Las diversas doctrinas profesadas, al menos en apariencia, por los masones ¿tienen una relación entre ellas? Y si la tienen ¿cuál es?

 

   A esta cuestión se ha unánimemente respondido que las diversas doctrinas públicamente profesadas por los masones bajo los diferentes nombres, se resumen en el Masonismo “por el todo en el todo” o en el Dios Gran Todo del Panteísmo idealista y del Materialismo bajo el nombre de ciencia positiva o Positivismo.

   Que esas doctrinas, en el lenguaje simbólico universal de los masones, reciben de ellos el nombre de “Masonería ostensible a los profanos”.

   Que tienen entre ellas una íntima relación, en cuanto todas identifican al universo con Dios.

   Que provienen todas de la Masonería, escuela y seminario de ateísmo.

   Que su relación consiste únicamente en la sustitución del concepto de un Dios generador del Universo, al concepto cristiano del Dios creador del Cielo y de la Tierra.

   Y que esta institución se halla indicada en la Masonería por el nombre del Arquitecto del Universo, aplicado a Dios. Y el Arquitecto supone la preexistencia o la coexistencia de la materia sobre la cual debe ejercerse la arquitectura y emplearse los instrumentos para ponerla en obra.

 

   4) ¿Cuál es el fin de la Masonería?

 

   A esta cuestión, después de una larga discusión, se ha respondido unánimemente: Que el objeto de la Masonería es la destrucción universal en el orden físico, intelectual y moral.

   a) En el orden físico, o de la existencia, puesto que la Masonería ha divinizado la muerte o la destrucción universal, sustituyendo a la Santísima Trinidad Cristiana por la Trinidad india de un Dios Generador, Destructor y Regenerador, representado por su Triángulo, realizado en el Cosmos por el principio general según el que “mors unius est generatio alterius” (la muerte de uno es la generación del otro), y viceversa, sucesiva y eternamente, y puesto en práctica por los masones con grave perjuicio de la sociedad humana, bajo los especiosos nombres de lucha por la vida, revolución perpetua y progreso indefinido.

   b) En el orden moral, el objeto de la Masonería es la destrucción universal, puesto que deifica el principio del mal, y con él, todos los vicios bajo el nombre de todas las virtudes.

   c) En el orden intelectual, su objeto es la destrucción universal de la verdad, por la profesión explícita y necesaria del secreto, de la mentira, del perjurio y de la blasfemia cotidiana.

   En una palabra, resumiendo todo lo que precede, se ha concluido que así como apagando u oscureciendo, en cierta manera, el Sol, los que cierran los ojos a su luz, apagan y oscurecen la vida, el orden y la belleza del Universo; los masones, falseando el concepto cristiano de un Dios Creador, por la sustitución del concepto de un Dios Generador, tienden a la destrucción universal, visto que en todos los ritos simbólicos y en todas las ceremonias religiosas profesan la adoración y el culto del maldito pecado mortal en acto, “per peccatum mors”; y visto que adoran la rebeldía universal de Satán y la lujuria infinita de la humanidad, que son el Alpha y Omega de su dios, la Destrucción.

 

SEGUNDA SECCIÓN

 

Acción Masónica. Definiciones.

Táctica masónica (CÓMO JUEGA LA SECTA SUS DOS GRANDES ALAS NEGRA Y ROJA) – Por F. Ferrari Billoch. Año 1939. (IIa Parte)


 



   COMENTARIO NUESTRO: Estas dos últimas publicaciones nos muestran como el marxismo, actúa con un manual en la mano y quienes en última instancia, los financian y hasta los dirigen. Sus estrategias ya fueron escritas y puestas en práctica. Tienen mucha experiencia haciendo el mal (odio y terror para implantar el miedo). Y hoy en 2021 siguen el mismo libreto. Sin importar el país que quieran destruir. Y siempre, el objetivo es el mismo, la Iglesia Católica, la sociedad cristiana, porque es el único obstáculo,  y por qué NO SÓLO ES UNA BATALLA TERRENA, SINO QUE TAMBIÉN SE LIBRA EN EL PLANO ESPIRITUAL. No dejen de leer las publicaciones que hicimos sobre las “Dos banderas” es sumamente importante que lo lean y lo asimilen. Vamos al libro. 

 

   Bela Kum, el fatídico agente soviético, desencadena el terror en Hungría. — Ciento treinta y tres días de crímenes y de sádicas torturas. — Cómo se llegó a la dictadura de los Comisarios del pueblo. —La Masonería, a través de la socialdemocracia, da paso a la ola roja. —La brutal ferocidad de los asesinos comunistas. — Estadística de pesadilla.

 

   Por los periódicos anda estos días, con gran revuelo, la noticia de que Bela Kum se halla en España. Por lo visto ha desembarcado en Cádiz, como agente del Komintern, con un millón de pesetas, dispuesto a repetir la locura roja de Hungría. Un enviado de «Le Matin» afirma haberse entrevistado con él en cierto lugar de Barcelona.

   Auténtica o no la noticia — todos sabemos que el agitador soviético ha estado en la U. R. S. S. algún tiempo meditando sobre sus errores técnicos y perfeccionándose en los métodos de los grandes jefes de la revolución mundial —, Bela Kum (1) puede servirnos como aglutinante en esa borrosa frontera que separa el comunismo de la Masonería. Desde luego, la línea divisoria no existe. Existe, sí, una zona de penumbra que todos «ellos», claro, se esfuerzan en llenar lo más posible de bruma para escamotear el contacto, el puente que enlaza la MASONERIA NEGRA con la ROJA.

   Claro que este contacto existe. ¡Naturalmente! Ya demostré, con documentos oficiales (2), cómo funcionan las logias bajo el signo de Carlos Marx, con fuerzas de CHOQUE; cómo marxistas y judíos nutren los cuadros de las organizaciones masónicas; cómo... Pero dejemos esto para el momento oportuno.

   Volvamos a Bela Kum, que es quien ahora nos interesa, y veámosle de jefe del Gobierno rojo húngaro. Con detalles de su actuación, con toda su monstruosa ferocidad de émulo de los paranoicos de la Revolución francesa.

 

   (1) Desgraciadamente, acordada por el Komintern la provocación de la revolución comunista española, Bela Kum, cuyo verdadero nombre es Aron Cohn, ha podido andar libremente por la Península con el siniestro plan de preparar el terreno para la instauración de un régimen de terror, tal como implantó en Hungría. No es él quien únicamente prepara la tragedia española. Como colofón al 16 de febrero, Rusia ha mandado cerca de un centenar de agitadores especializados, que hallan ya un camino trillado. ¿Qué saldrá de esas andanzas de Bela Kum, Ovsenko, Borodin, Neumman?... Esos especialistas andan de un sitio a otro, poniendo su planta en los más apartados rincones del mundo para provocar terribles catástrofes revolucionarias. ¡Dios salve a España!

   (2) Véase «La Masonería al desnudo».

 

 

¡Siempre la funesta social-democracia! — Paso a la ola roja.

 

¿Cómo subió al Poder Bela Kum?