martes, 21 de mayo de 2019

¿Que hay más allá de la Masonería? Revisión del libro “Blood on the Altar” (Sangre Sobre el Altar) – Primera parte de tres.

LIBRO "SANGRE SOBE EL ALTAR"





En el momento en que se daba comienzo al Concilio Vaticano II (Octubre de 1962), una sociedad secreta muy poco conocida, la Ordo Templis Orientis (Orden del Templo de Oriente) (OTO), realizó una ceremonia a fin de celebrar la apertura del Concilio.

   El icono oculto de la OTO, el “Stele of Revealing” (Estela de Revelación):
 
Tablilla de la Revelación.
   Estela: Una losa de piedra o un trozo de madera con una inscripción o diseño que fue usado como un monumento o jalón de una sepultura. En particular la Estela de Revelación es un objeto religioso egipcio que data de la época de la dinastía 26a. Se trata de una de una madera (de 31 x 51.5 cm), revestida con estuco y pintado con escenas mitológicas y escritura jeroglífica. Fue hecho para conmemorar la muerte de un sacerdote de Tebas, consagrado al Dios Mentu, llamado Ankh-f-n-khonsu. Aunque muchos objetos fueran típicamente sellados dentro de la tumba junto con el cuerpo, objetos funerarios como éste fueron colocados fuera de la tumba como un punto focal para los ofrecimientos dados por amigos y parientes del difunto. Después de descubrir este Stele en un museo en El Cairo, Crowley recibió la comunicación mística conocida como el Libro de la Ley.”  Fue llevado desde Hamburgo a través de Alemania hasta Zurich y luego hacia Stein, donde se lo guardó en la capilla de la OTO, mientras resonaban las campanas, llamando a un ritual gnóstico (Pág. 103).

   Simplemente ¿qué es esta Orden de los Templarios Orientales? Y ¿qué conocimiento previo tenía de los planes del Concilio que los llevó a celebrar su apertura?

   Estas preguntas están contestadas en el libro Blood on the Altar, ya que Craig Heimbichner desenmaraña la historia y el funcionamiento de lo que él denomina la sociedad secreta más peligrosa del mundo, el poder detrás del Gobierno Invisible o Criptocracia (Crypto-cracy).

   La Criptocracia está involucrada en la transformación o “el procesamiento alquímico” de la conciencias de las masas, mediante la manipulación psicológica de la mente. Con la ayuda de las sociedades secretas, se realizan pruebas, se miden los resultados y se “diseñan” los acontecimientos mundiales (Págs. 5-6, 15, 137).  El objeto es que las masas vivan de manera controlada, como si fueran títeres del Nuevo Orden Mundial Masónico.

   La OTO, instituida hace un siglo, conforma el “colegio de graduados” de la masonería, y se autodenomina la “Academia de la Masonería”. Contiene a todos los grados de la masonería y del iluminismo y es la más alta sociedad secreta para la elite de la masonería.

   Como organización internacional, la OTO es una organización “religiosa” que, en EE. UU., se encuentra exenta de impuestos (Págs. 13-14, 25, 76, 87, 91-92). Los escritos de quien por mucho tiempo fue su cabeza, el agente de inteligencia británico y satanista Aleister Crowley (fallecido en 1947), quien se hacía llamar la Gran Bestia 666, reveló que la OTO se funda en el satanismo: Aleister Crowley “ha sido una referencia constante en determinados ambientes de la contracultura anglosajona contemporánea. Por ejemplo, en el ámbito musical, donde los Beatles, Rolling Stones, Ozzy Osbourne o Daryl Hall han reivindicado su figura y/o su mensaje a través de sus canciones”. (Koch, Paul H.; “Illuminati”; Ed. Planeta; Buenos Aires; Pág. 146 y 147).

   Crowley llamaba a Satán “mi señor” y decía, refiriéndose a la OTO: “No tenemos escrúpulos en restaurar la “adoración al diablo” (Pág. 28). Sin embargo, en la OTO, la adoración al diablo no se realiza abiertamente bajo el nombre de Satán, sino subrepticiamente bajo el nombre del ídolo satánico con cabeza de cabra: Bafomet. También denominado León y Serpiente, Bafomet es adorado como Dios en las misas gnósticas, que es la liturgia central de la OTO (Págs. 29-30).

   La misa gnóstica, ideada por Crowley, no es una misa negra, es decir, una Misa Católica invertida, sino una parodia blasfema de la Misa Católica (Pág. 15). Es muy importante entender que las raíces de la masonería se entrelazan con el judaísmo, lo cual nos ayuda a ver la mano de la masonería detrás los judaizantes de la Iglesia Católica.

   Heimbichner afirma que toda la masonería está subordinada al judaísmo. Un “operativo clave” (Se refiere a Félix Lazerus Pinkus (1881-1947), quien además se desempeñó como presidente de la Unión de Sionistas de Zurich) en la institución de la OTO, fue un miembro activo de la B’nai B’rith, que es la masonería judía (Pág. 89).

   La esencia de la masonería, declara Heimbichner (Págs. 8-9) se remonta a la adoración sumeria de Satán (“Shaitan”), que también pasó por el Antiguo Egipto y Babilonia. Las antiguas formas de adoración satánica fueron más tarde preservadas y transmitidas por tradición oral, mediante los rabinos judíos, como las “tradiciones de los antiguos o ancianos” fuertemente condenadas por Nuestro Señor Jesucristo (Mc. 7:1-13. Mt. 15:1-9).

   Después de la destrucción del Segundo Templo en el 70 D.C., la tradición oral fue escribiéndose gradualmente en lo que llegó a ser el Talmud y la Kábala que es totalmente gnóstica y llena de magia negra, fundamentada en el judaísmo, una religión “totalmente distinta” de la de los israelitas del Antiguo Testamento.

   El judaísmo es “una secta sobreestructurada, con tradición inbíblica, artificial y superstición pagana”.

   Heimbichner cita a autoridades judías sobre la Kábala y a expertos en el simbolismo ocultista, para exponer el hecho de que ciertos ritos cabalistas se corresponden con las técnicas ocultas del yoga tántrico hindú de magia sexual. Estos rituales depravados son una continuación de la magia de templo de los cananitas, babilonios y de otras naciones que desataron la ira de Dios.

   Su objetivo en el judaísmo es amalgamar los aspectos femeninos y masculinos de la divinidad para obtener un judío andrógino equilibrado, “totalmente masculino”, el “cuerpo de Dios”, llamado Adam Kadmon.

 
El símbolo de Baphomet satánico es el símbolo de la derecha, con la cabeza del macho cabrío dentro del doble círculo, con la palabra "Lilith" impresa abajo . La forma "pura" de Baphomet es la del lado izquierdo, con el nombre adentro.



   Una autoridad de la Kábala citado por Heimbichner expresa que “El deber de los judíos piadosos”, es recitar diariamente la formula kabalística para promover místicamente esta unidad (Págs. 77-78, 86, 136). La Enciclopedia Judía admite, declara Heimbichner, que el gnosticismo judío incluye la magia oculta y que ésta inspiró el gnosticismo cristiano (Pág. 88). Este ocultismo también fue transmitido a través de los maniqueos, los cataros y otros grupos, finalmente corrompió a los Caballeros Templarios del Siglo XII, transformándolos en una orden oculta (una sociedad secreta judía). La Iglesia condenó y prohibió la orden por adorar a Bafomet, y practicar la sodomía — lo que los ocultistas consideraban magia sexual “avanzada” (Págs. 9, 80).

   La tradición templaría se introdujo en la masonería, y la magia sexual “se encuentra en el corazón de los grados más altos de la masonería, tal como existe en la OTO”. Este es el “secreto supremo” de la masonería, sólo conocido por masones de alto grado (Págs. 77, 81, 95). “El autor Paul H. Koch, relata en la obra citada anteriormente, que en una discusión en una noche londinense de 1912, entre el alemán Theodor Reuss, que había reemplazado por fallecimiento al fundador de la OTO (Kart Kellner) y Aleister Crowley, el primero le recrimina a Crowley haber “publicado alegremente el secreto más exclusivo de la orden, el grado noveno”. Ante la negativa del acusado, Reuss tomó el libro que había publicado Crowley, “Líber 333 - El libro de las mentiras” y señaló la frase que decía: “...Bebed el Sacramento y pasáoslo los unos a los otros”. Este sacramento, según él mismo reconocería después, no era otra cosa que el semen vertido por el mago en la vagina de la sacerdotisa durante determinado ritual mágico, que después era recogido de los genitales femeninos y consumido por los asistentes” (Pág. 147).

   Existe la magia sexual en el octavo y noveno grado de la OTO y la homosexualidad en el onceavo, su grado más alto.

   Inclusive, en los grados más bajos de la Masonería, las Logias Azules, enseñan la negación gnóstica de Dios y la afirmación del hombre como Dios, gobernante de sí mismo, una divinidad “que va creciendo” —es decir, una especie de Anticristo (Págs. 81- 82).



Cornelia R. Ferreira, Publicado en el periódico Catholic Family News, agosto de 2005: Niagara Falls; New York; EE.UU. y Periódico Patria Argentina Nº 220

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