viernes, 24 de mayo de 2019

LA FRANCMASONERÍA EN APARIENCIA – Por León de Poncins




Concepto de la Francmasonería.

   Se presenta la Masonería en apariencia con variedad de matices y características, según las circunstancias de tiempo, lugar y estado social en que ha de actuar. Así, la Masonería de los países católicos es diferente de la de los países protestantes; e igualmente, la Masonería actual difiere de la anterior a 1789 y de la de mediados del siglo XIX. Siempre y en todas partes ofrece diversas modalidades.

   En principio, y según sus estatutos, la Francmasonería es una asociación secreta, cuyo objeto aparece filantrópico, humanitario y progresista; se propone ennoblecer y perfeccionar la sociedad, dirigiéndola hacia un ideal de luz, de progreso y de verdad. Se estimula a la práctica de las virtudes, especialmente la de la tolerancia y de fraternal solidaridad entre los francmasones. Es una institución sublime, santa y sagrada; la eterna iniciadora de cuanto se hace de bueno, bello y grande en la humanidad. Quiere colocarse por encima de las ideas de partido, de clase, de nacionalidad y de religión; todos los francmasones son iguales y hermanos. En los estatutos no se habla de política, y desde el punto de vista religioso, cada uno es libre de creer lo que quiera.

   Estas declaraciones se han encontrado en las constituciones de todas las federaciones y son de completa autenticidad.

   Sorprende, desde luego, la vaguedad e imprecisión de las fórmulas. ¿Qué es la luz? ¿Qué es un ideal de progreso? Así enunciado, cada uno puede tener una concepción diferente; que es precisamente lo que quiere la Francmasonería para laborar en las más opuestas direcciones.

   Hace dos afirmaciones concretas: no se ocupa de política y respeta toda creencia religiosa. Veremos cómo los hechos contradicen estos dos principios que sienta en tono dogmático. En Francia la Francmasonería no se oculta en la guerra sin cuartel que en el aspecto religioso y político viene sosteniendo.

Origen de la Francmasonería.

   No es posible precisarlo con exactitud. Son distintas y aun contradictorias las versiones que acerca de este punto se han podido obtener de los mismos francmasones.

   Con entera seguridad podemos afirmar que la Francmasonería existe bajo la forma actual desde 1717. En esta época reuniéronse en Londres muchas logias inglesas y fundaron la “Gran Logia de Inglaterra”, que fué la primera de todas las grandes logias del mundo. James Anderson tomó a su cargo la tarea de reunir, corregir y redactar bajo una forma concreta y precisa las constituciones masónicas. Su trabajo apareció en 1723 y sirvió de base a todas las constituciones masónicas actuales.

Organización de la Francmasonería.

Organización administrativa aparente.


   La Francmasonería del mundo está organizada en agrupaciones independientes unas de otras, correspondiendo cada una a un país diferente.

   Tienen nombres diversos, como Federación de la Gran Logia de Inglaterra, del Gran Oriente de Francia, etc. La organización administrativa de cada uno de estos grupos o federaciones, es sensiblemente igual en todas partes. Tomemos una por ejemplo, la del Gran Oriente de Francia, que cuenta 30.000 adheridos, próximamente, repartidos en 400 logias, con unos 50 miembros cada una (Nota: Cifras en épocas de León Poncins, con el tiempo y hasta la actualidad solo fueron en aumento).

   Cada logia está dirigida por oficiales que se eligen por un año, y son cinco: el Venerable, el 1° y 2° vigilantes, el orador y el secretario. No tienen autoridad más que en su logia. La autoridad central se designa igualmente por elección. Cada logia elige un delegado, y estos delegados se reúnen dos veces al año; la asamblea así formada se llama congreso masónico, que es en definitiva el parlamento masónico de la Federación.

   Este congreso elige 33 miembros, cuyas funciones duran tres años; forman el Consejo de la Orden, que es el Comité ejecutivo de la Federación.

   Existe en el Consejo de la Orden una Oficina, y al frente de ella un Presidente, que en algunas Federaciones se llama “Gran Maestre”.

   Este Presidente tiene a su cargo la administración federativa masónica, lo que no tiene la importancia que pudiera creerse.

   El congreso masónico examina las cuestiones de interés masónico general, reglamenta el presupuesto, modifica y reforma los estatutos, está en relación con las demás Federaciones, y se ocupa en la actualidad muy especialmente de las cuestiones políticas y religiosas.

Oculta organización de los grados.

   Cuanto hemos dicho hace referencia a la organización visible, externa; pero según un ex francmasón, Copin Albancelli, existe simultáneamente otra secreta: la de los grados. Vamos brevemente a ocuparnos de ella.

   Se ingresa en la Francmasonería por el grado de aprendiz, y pasa algún tiempo en la Logia de aprendices.

   Cuando se le juzga suficientemente preparado, pasa al grado de compañero, y se le admite en la Logia de compañeros. Después de una observación conveniente, si se le cree apto, se le nombra maestro; y entonces puede visitar una logia extranjera de grado análogo o inferior a la suya. Cada grado tiene catecismo, rituales y símbolos que le pertenecen.

   Como se ve, en la organización visible los jefes son nombrados por elección, mientras que en la organización de grados, lo son por selección. Los masones de grado superior vigilan a sus hermanos de grado inferior, y no admiten en su compañía sino a los que ellos eligen.

   Es también de advertir esta particularidad. En la organización secreta los masones conservan su grado indefinidamente, mientras que en la organización administrativa la elección es siempre temporal.
   Los grados de aprendiz, compañero y maestro, forman la Masonería inferior o Masonería azul, de la que puede uno a su gusto separarse.

   En una esfera superior está la Masonería de los Altos Grados, cuya existencia ignoran cierto número de maestros.

   El número de los Altos Grados varía según las Federaciones y los ritos. Antiguamente, en el Gran Oriente de Francia eran 33 miembros; en la actualidad no son más que 6: l.°-2.o-3.o-18.o-30.o-33.°. El rito escocés que se practica en la Gran Logia ha conservado los 33 grados; de ellos los más conocidos son los de Rose-Croix (Rosa-Cruz), Chevalier Kadash (Caballero Kadash), etc.

   Los Consejos Supremos del Rito escocés del mundo entero están confederados y se reúnen en asamblea anual.

   Los grados superiores siguen otorgándose por selección; el número disminuye a medida que se asciende.

   Los altos grados llegan a ser muy secretos.

   Suele acontecer que en las reuniones de logia de cualquier grado asistan uno o varios masones de grado superior, sin que su presencia sea advertida por los demás miembros de la asamblea. El masón ignora lo que se hace en los talleres superiores a su grado, cuya entrada tiene prohibida.

   Es un deber esencial del superior frecuentar las logias de grados inferiores y llevarles las inspiraciones que él recibió.

   Por ello resulta la Masonería un conjunto de sociedades secretas; pues si en la organización administrativa la dirección viene de abajo por elección, la organización oculta de los grados denuncia la existencia de un grupo superior que hace imponer su voluntad de modo invisible en toda la pirámide masónica.

   Ya comprenderemos ahora por qué los documentos que procedían de grupos superiores, como del Iluminismo de Baviera, de la Alta Venta y de las Logias húngaras, hayan descubierto la verdadera naturaleza de fines y métodos masónicos. El que se halla en la cúspide de la pirámide lo domina todo. (Nota: En la pirámide hay un vertice, el vertice es un punto, uno sólo lo domina todo, lo dice el autor de la obra y lo confirman otros autores)

   Algunos, y no los menos (por ejemplo, Gustave Bord), creen, por el contrario, que no hay en la Francmasonería un organismo director oculto. La verdadera fuerza dirigente de la Francmasonería no sería entonces un grupo de hombres, sino una idea: el espíritu de rebeldía y revolución, el antiguo non serviam.

   El estudio imparcial de los hechos nos induce a creer que ambas tesis no se excluyen y que de ambas cosas hay en la Francmasonería. Sea la que fuere la finalidad del secreto en la organización masónica, es lo cierto que entre los Francmasones que se quiere hacer pasar como sociedad humanitaria y filantrópica, y el papel ultra-revolucionario que ha desempeñado en el mundo, media un abismo. Esa misma desproporción. Existe entre su organización visible y los extraordinarios resultados de su perniciosa actuación.

   No es posible explicar la necesidad del terrible juramento exigido a los francmasones, juramento acompañado de maldiciones y amenazas para el caso de que descubran los secretos de la Secta. Una sociedad que practica el bien y ordena su actuación a fines benéficos, ¿tomaría tan graves resoluciones y adoptaría tales medidas de precaución? Cuando se quiere hacer el bien, aunque se tenga la mayor discreción, no se llega a tales términos en la defensa del secreto. Detrás de la fachada hay algo.

   Estudiada la Francmasonería en la historia y en los documentos de Múnich, Venecia y Budapest, aparece entonces tal como es: un poder esencialmente destructor y revolucionario.

   No he de ocuparme de los ritos, símbolos y ceremonias usadas en el interior de la logia para formar el estado de espíritu que se proponen, y para propagar las ideas masónicas. Cada grado tiene ritos, ceremonias, catecismos y cánticos diferentes. Esto realmente carece de interés para el profano.

   Solamente diremos algo sobre un punto muy interesante: la religión del secreto en que se funda la Francmasonería. En cada grado se renueva el juramento y se recuerdan los castigos que esperan al masón infiel que ha violado el secreto.

   He aquí una de las fórmulas usadas: Si yo faltase en lo más mínimo a mi juramento, que me corten el cuello, me arranquen el corazón, los dientes y las entrañas y las arrojen al fondo del mar; sea quemado mi cuerpo y mis cenizas esparcidas por él aire, para que no quede nada de mí, ni siquiera él recuerdo entre los hombres y entre mis hermanos masones.

   Una palabra más sobre el empleo del tiempo en las logias. Además del ceremonial del culto, se dan conferencias para inculcar y propagar las ideas masónicas…


“LAS FUERZAS SECRETAS DE LA REVOLUCIÓN”

  



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