viernes, 19 de septiembre de 2025

ORÍGENES DE LA MASONERÍA – Por el Padre Denis Fahey. C. S. Sp (1883–1954)


 

   La masonería moderna organizada se remonta a la formación de la Gran Logia de Inglaterra en 1717, aunque sus ideales y creencias se remontan a la Antigüedad.  Los principios filosóficos de la masonería se derivan de cuatro fuentes:

 

   1) La Cábala judía.

   2) Ritos secretos paganos: egipcios, griegos, sirios.

  3) Parodias de ceremonias católicas como la ceremonia de la Comunión del siglo XVIII Grado de Rosa-Cruz.

   4) Diversas herejías: gnosticismo, maniqueísmo, albigense.

 

   La influencia más importante en la masonería ha sido la Cábala judía. El padre Fahey cita a la escritora inglesa Nesta Webster en su exhaustivo estudio sobre las sociedades secretas y la importancia de la Cábala judía en el desarrollo de la masonería:

 

    La fuente de inspiración innegable es la Cábala judía... Lo cierto es que cuando se redactaron el ritual y las constituciones de la Masonería en 1717, si bien se conservaron ciertos fragmentos de las antiguas doctrinas egipcias y pitagóricas, la versión judaica de la tradición secreta fue la elegida por los fundadores de la Gran Logia para construir su sistema. (Citado de Sociedades Secretas y Movimientos Subversivos)

 

   Webster continúa:

 

   La Cábala es el conjunto de doctrinas o tradiciones esotéricas o secretas, teóricas y prácticas, del judaísmo. La Cábala teórica o especulativa se ocupa de Dios y sus relaciones con el mundo, el hombre, los ángeles, etc., y está dominada por la teoría panteísta de la emanación. [Ibíd.]

 

   El padre Fahey cita al autor A. Preuss en su obra American Freemasonry, quien señala que la Cábala recibió la mayor parte de su influencia y contenido del paganismo:

 

   Es de la Cábala, que ha bebido profundamente de los antiguos misterios paganos, como también de estos mismos misterios, que debemos pedir una explicación de lo que es la Masonería y de los símbolos masónicos. Y: Debemos... estudiar el paganismo para comprender la Masonería. Los masones eruditos siempre han recurrido a fuentes paganas y siempre han podido encontrar en ellas la verdadera interpretación.

 

   Desde sus raíces pagano-cabalísticas, imbuidas de los ideales de la Ilustración, la masonería llegaría a dominar no solo el discurso político de gran parte del mundo occidental, sino que sus principios daría frutos particulares en la formación y el desarrollo de Estados Unidos. Y con el éxito del “experimento de libertad” estadounidense, la masonería inspiraría la Revolución Francesa y otras convulsiones sociales de los siglos XIX y XX que conducirían a la disolución de la cristiandad occidental.

 

El padre Fahey se basa en la excelente descripción que hace Preuss de la filosofía masónica:

 

   Entramos en la Logia y encontramos el símbolo G, tan distintivo de la Masonería como la cruz lo es del Catolicismo. Significaba DIOS, el fálico de la Logia, y Geometría, la teología de la Masonería. Nos dijeron que la Deidad en la Masonería era el Constructor, el arquitecto del universo, el superintendente bajo el cual nosotros también éramos constructores; y habiendo sido previamente informados de que la idea de constructor había sido tomada de los misterios paganos, en los que se adoraba a la Deidad en las facultades procreativas del hombre, nos resultó evidente que la Deidad de la Logia no podía ser otra que el hombre.

 

   La humanidad, por tanto, es divina y no una criatura con el deber de reconocer, obedecer y honrar a su Creador. Preuss añade:

 

   ...fuimos a la Masonería para una instrucción más completa. Nos instruyó en el estudio de la Geometría, y la Geometría nos instruyó en el estudio de la Naturaleza... Descubrimos que la Naturaleza podría llamarse Dios. Que el Universo era una emanación de Dios. Que las criaturas eran las ideas reales y existentes de Dios. Descubrimos que los antiguos sabios llamaban a Dios el Alma del Universo... Los cabalistas, nuestros teólogos de confianza, nos enseñaron que Dios y la Naturaleza eran uno, y por lo tanto, que Dios y la humanidad eran uno.

 

   Para llevar la Cábala y el paganismo a los estándares de la Ilustración del siglo XVIII, la masonería añadió el “dios” de la Razón a sus fundamentos filosóficos:

 

   Se nos presentó a Dios identificado con la Razón; de modo que Dios era Razón, y la Razón, Dios. Hasta que finalmente, en la lección culminante de la Masonería, el último o Secreto Real, se enseña claramente la Divinidad del Hombre en la fórmula geométrica del triángulo rectángulo: que Osiris e Isis producen a Horus; que los poderes generativos y prolíficos de la Naturaleza producen el Universo; que la unión de la Deidad y la Humanidad da origen al Hombre Divino, la antigua teoría pagana que considera a todos los dioses bisexuales. [Ibíd.]

 

   El Dios Deísta nace reemplazando a la Santísima Trinidad por el «Padre Desconocido de la Masonería», que en definitiva es la humanidad misma. Así como Satanás engañó astutamente a Eva prometiéndole a ella y a su ingenuo esposo que llegarían a ser omniscientes, la Masonería ofrece a la humanidad un futuro similar:

 

   Aquí tenemos la religión natural, aquí la gran revelación de la Naturaleza, aquí el Nuevo Testamento de la Masonería, en el cual, no el Yahvé cristiano, en Jesucristo, sino el Padre Desconocido de la Masonería, el Jehová cabalístico, en humanidad, «se ha encarnado y ha habitado entre nosotros». Dios encarnado —el Hombre Divino— no en Jesucristo, sino en plena humanidad, esta es la Deidad revelada por la Masonería. [Ibíd.]

 

«SOCIEDADES SECRETAS Y LA REALEZA DE CRISTO»

jueves, 4 de septiembre de 2025

O CON JESUCRISTO O CONTRA JESUCRISTO – Por San Ezequiel Moreno Díaz, Obispo de Pasto, Colombia.


 

   Comentario de Nicky Pío: Este escrito está dirigido contra la satánica y diabólica  doctrina de los llamados “Católicos neutrales o indiferentes” Que gustan de prender una vela a Dios y otra al demonio del liberalismo.

 

   Los liberales que hacen guerra franca a Jesucristo, y se despachan a su gusto contra todo lo que le pertenece, con ruido y escándalo; los que le persiguen de un modo más moderado y sin grandes alborotos; los que buscan el modo de que el liberalismo, sin dejar de ser tal, ande unido con el catolicismo, con perjuicio de éste, y los que ayudan y protegen a todos esos en su obra liberalesca, es claro y manifiesto que están contra Jesucristo, y no militan en el bando de los que están con ÉL Pero ocurre que hay católicos que creen poder permanecer neutrales, y no pertenecer a ninguno de esos dos bandos opuestos que hoy se disputan el gobierno de los pueblos, aspirando el uno a regirlos según la ley de Dios y enseñanzas de la Iglesia, y el otro sin tener en cuenta para nada lo que manda Dios y lo que enseña la Iglesia. Este es otro error que es preciso disipar, y a eso dedico este capítulo.

 

   Ese estado neutral, ese puesto medio en que quieren permanecer algunos católicos, es una ilusión, una quimera, un engaño completo, porque jamás ha existido ni existirá. Así lo declaró formalmente Jesucristo en su Evangelio cuando dijo: «El que no está conmigo, está contra Mí.» Algunos han querido oponer a esa sentencia esta otra, que se lee en San Lucas: «El que no está contra vosotros, por vosotros es.» Cornelio Alápide y todos los expositores dicen que no hay oposición entre esas dos sentencias, porque la última debe entenderse así: El que en nada está contra vosotros, está por vosotros. Eso no se verifica en el neutral en religión, y por eso resulta siempre que el que no está con Jesucristo, está contra Él.

 

   Tiene Jesucristo la plenitud de autoridad sobre las naciones, los pueblos y los individuos, y puede imponer su ley a unos y otros con pleno derecho a ser obedecido. Las naciones, pues, los pueblos y los individuos que están neutrales y les sea indiferente el que Jesucristo sea o no sea obedecido, están contra Él, porque no le procuran una obediencia que le corresponde, y dejan que no se le rinda el homenaje que se le debe como a Soberano Señor de todo, y permiten hasta que se le insulte y desprecie

.

   Jesucristo tiene derecho a que todo sea para Él, para gloría suya, y todo, por consiguiente, debe ordenarse a ese fin en el gobierno de las naciones, de los pueblos, de las familias, y en la conducta de los individuos. Los que no procuren ese estado de cosas, aquéllos para quienes sea indiferente que se le dé o no se le dé gloría a Jesucristo, que se le reconozca o no por Soberano Señor de todo, que se le sirva o no se le sirva, están contra Jesucristo.

 

   De aquí se puede deducir que un Gobierno, aun cuando no dicte leyes de persecución contra la Iglesia de Jesucristo, con sólo el hecho de mostrarse indiferente para con ella, está ya contra Jesucristo. Esto se comprenderá mejor con un ejemplo.

 

   Supongamos que un hombre se presenta de repente en una, casa, y dirigiéndose puñal en mano a la señora de ella, le exige cuánto dinero guarda en sus arcas, so pena de hundirle el puñal en el pecho. Allí mismo está un hijo de la señora, fuerte y robusto, que puede, muy bien defender a su madre y librarla de aquel peligro; pero lejos de hacer eso, dice para sí: «Ahí se las arregle mi madre como pueda. Si la roban, que la roben; si no quiere dar el dinero y la matan, que la maten; nada tengo que ver en eso; observaré una conducta neutral ¿Quién no dirá, en este caso que ese hijo, en el mero hecho de no obrar a favor de su madre pudiendo hacerlo, obró contra su madre? Esto es indudable, porque la madre salió perjudicada por no haberla defendido su hijo. »

 

   Hace lo mismo un Gobierno que ve y observa los daños que se hacen a la Religión de Jesucristo, y dice como aquel hijo: «Ahí se las haya la Religión como pueda. Si se blasfema de Dios, que se blasfeme; si se propagan errores contrarios a sus doctrinas, que se propaguen; si se la borra de los corazones por la seducción, que se la borre; si desaparece totalmente de los pueblos, que desaparezca; si Jesucristo es olvidado por completo, me da lo mismo; no tengo que ver en eso. Yo he de permanecer neutral.» ¿Quién puede dudar, preguntamos de nuevo, de que ese Gobierno está contra Jesucristo?

 

   La misma doctrina se puede aplicar a los individuos que pueden y deben hacer algo por Jesucristo y no lo hacen.  Hoy se encuentran muchos de esos, que dicen muy frescos: no me meto en política; allá se las arreglen; que suba el que quiera; lo mismo me importa que manden unos como que manden otros. ¿Quién no ve que estos hombres están contra Jesucristo, puesto que nada les importa que suban al poder hombres que lo persigan en su Iglesia, en sus ministros y en sus cosas?

 

   Hay otros muchos de los que cada uno de ellos se explica de este modo: Sensible es todo lo que está pasando; grande es el peligro en que nos hallamos; los enemigos de Dios trabajan con ardor; pero ¡qué hemos de hacer! Yo con nadie pienso meterme; no es cuestión de indisponerse con nadie.

 

   Algunos o muchos de los que hablan de ese modo pueden hacer mucho por Jesucristo, o por su posición social, o por su talento, o porque disponen de no pocos recursos; no lo hacen y dejan que trabajen los enemigos de Jesucristo, con tal de que esos enemigos de Jesucristo sean amigos de ellos y no los persigan como hacen con el Divino Maestro: ¿Diremos que éstos están con Jesucristo, siendo amigos de sus enemigos y no oponiéndose a sus planes de guerra a Jesucristo, pudiendo hacerlo?

 

   Basta: esos neutrales están juzgados por Jesucristo con esta sentencia que dió contra ellos: «Quien no está conmigo, está contra Mí.»

 

CARTAS PASTORALES

CIRCULARES Y OTROS ESCRITOS

 

domingo, 13 de abril de 2025

La masonería revela sus intenciones.


 

   


   Como saben los lectores, esta muchacha, hasta hoy, temiendo que su belleza no fuera muy atractiva, se encerraba en logias y desde allí, envuelta en misteriosas sombras, ordenaba y obligaba a sus numerosos novios parlamentarios a cumplir sus órdenes.

 

   Pero con la aurora matutina del siglo XX, el reptil emergió de su cueva, y la luz luciferina de Acacia, su nuevo periódico oficial, apareció en toda su fealdad, proclamando a los cuatro vientos:

 

   «La masonería es una rama organizada del Partido Republicano contra la Iglesia Católica... La masonería es una iglesia contra la Iglesia; es contracatolicismo».

 

   El nuevo órgano de la masonería desenmascarada fue anunciado mediante una pastoral, en la que se expuso el programa de Acácia:

 

   «La lucha contra la enseñanza de la Iglesia católica y su disciplina es la principal preocupación de la mayoría de los masones franceses, belgas, italianos, españoles, portugueses (nótese bien) y sudamericanos»...

 

   «Esta situación –añade la circular– no es la misma en los países protestantes, porque la masonería no pretende descristianizar, sino descatolizar los países latinos, es decir, los católicos».


   No era necesario que Acácia nos dijera qué era la masonería, qué quería y de dónde venía. Todo esto ya lo sabíamos, y ya hemos desenmascarado sus secretos, muchas veces aquí, y en los periódicos católicos no había ninguna ignorancia al respecto.

 

   Todos los católicos sabíamos que esta gente solo podía venir del infierno y que de allí nada bueno podía salir. Pero es bueno saber, y renovar este audaz pasado de las logias luciferinas, para seguir tomando  precauciones, y advirtiendo a aquellos que  lo necesitan, estén siempre alertas.

 

«Voz de S. Antonio: Revista Mensual Ilustrada», Año 9, n° 2, febrero de 1903.

sábado, 8 de febrero de 2025

EL SATANISMO EN LAS LOGIAS MASÓNICAS – Apostolado de la Prensa 1898.





   Para demostrar que así es, no hay necesidad de recurrir a las revelaciones de los masones convertidos, que si en muchos, por la misericordia de Dios, son sinceras, en otros pueden infundir sospechas, por creerlas hijas, o del deseo de especular con narraciones estupendas que den más valor a su interesada conversión, o del propósito de burlarse de los católicos, con evidente cinismo.

 

   No; no hay necesidad de esos testimonios para que quede patente y manifiesto que el satanismo es el culto secreto de la masonería en algunos de sus altos grados, o mejor dicho, en algunas de sus misteriosas reuniones, a que sólo asisten los verdaderamente iniciados en los fines abominables de la secta condenada. Otros testimonios hay de cuya veracidad no puede sospecharse por hallarse estampados en documentos no destinados a la publicidad entre los profanos, ni aun entre la turba multa de masones que sólo conocen de la secta lo que ésta quiere mostrarles, y a esos testimonios vamos a acudir para que el punto objeto de las presentes líneas quede dilucidado por completo y en términos que no permitan abrigar la menor sombra de duda.

 

   Comenzaremos por el testimonio de uno de los jefes de la masonería, de más indiscutible autoridad en la secta, por Alberto Pike, el soberano gran comendador que fué del supremo consejo de Charleston, de quien han recibido los poderes que ostentan, casi todos los orientes europeos, entre ellos el que en España presidió algún tiempo el actual presidente del Consejo de ministros, D. Práxedes Mateo Sagasta. Leamos la definición del gran arquitecto del Universo, que es el nombre con que en las logias se designa a la divinidad que los masones adoran.

 

   «El gran arquitecto del Universo —decía Alberto Pike en el periódico masónico titulado La Chaine d'Union, correspondiente al día 20 de Marzo de 1876— debe ser considerado, no como un principio más o menos vago, sino como una personalidad viviente.»

 

   Por aquí vemos que la masonería adora a un ser viviente; pero vemos también que ese ser no es el Dios de cielos y tierra que adoramos los católicos, porque si así fuera, es de entender que lo habría declarado Alberto Pike de una manera terminante. ¿Cuál es, pues, el ser á quien adora la masonería?

 

   Sigamos copiando, y pronto saldremos de dudas:

 

   «El genio del porvenir, nuestro dios —dice el masón Serafini, según la Revista de la masonería italiana correspondiente a los años 1879-80, pag. 265-lleva en sí el germen de la nueva ley del bien... Saludad al genio renovador, vosotros todos los que sufrís. ¡Levantad vuestras frentes, hermanos míos, porque ya llega a vosotros Satanás el Grande!»

 

   Después de esta horrible revelación, hecha por un masón no arrepentido, en uno de los periódicos oficiales de la infame secta, toda duda respecto de quién es el ser viviente que según Alberto Pike adora la masonería bajo el nombre de gran arquitecto del Universo, se desvanece. Mas para que no se diga que nos agarramos a una declaración individual y aislada, veamos lo que dijo el masón Gustavo Desmons en el Memorándum du Rite écossais anden et accepté del oriente de Francia, correspondiente al año 1884, núm. 85, pág. 48:

 

   «Los dos campos están perfectamente deslindados: el campo de Dios y el campo de Satanás.»

 

   ¿Lo quieren nuestros lectores más claro todavía?

 

   Pues lean lo que Adriano Lemmi, el sucesor de Alberto Pike en la dirección de la masonería luciferiana, dijo en el banquete masónico solsticial que se verificó en Ñapóles en Diciembre de 1892, tal y como por aquel entonces lo refirieron los periódicos adictos a la masonería:

 

   «Bebamos – blasfemó – en honor del genio que ha inspirado a nuestro hermano Carducci un himno inmortal..., el genio invencible, que es alma de la revolución.»

 

  Digamos, por si alguno de nuestros lectores lo ignora, que el himno inmortal á que se refería el masón Adriano Lemmi, es un himno a Satanás compuesto por el infame Carducci.

 

MÁS TESTIMONIOS.

 

   La misma Revista de la masonería italiana, más arriba citada, en su volumen correspondiente al año 1891, pág. 243, escribía á propósito del himno satánico-carducciano:

 

   «El período de las lágrimas ha llegado para el Vaticano. Las puertas del infierno han prevalecido. Satanás ha vencido y con él la rebelión, la fuerza vengadora de la razón, y ha vencido per omnia saecula saeculorum»

 

   Después de pruebas tan concluyentes, sólo queda esta duda por resolver: ¿Tiene la masonería organizada un culto a Satanás con templos apropiados y ceremonias particulares?

 

   A esta pregunta hemos de responder que la existencia en la masonería del “rito paládico” es incuestionable; de ella dan testimonio rituales impresos, en los que figuran como ceremonial de la admisión de la mujer a los altos grados de la masonería femenina los ósculos indecentes al macho cabrío, representación de Satanás en todas las escenas de brujería.

 

  Pero hay más: un colaborador de la excelente Revista antimasónica de Roma, de quien hemos tomado algunos datos para darlos a conocer en esta sección, en testimonio de la verdad de nuestras afirmaciones, denunció no hace mucho tiempo la existencia de un templo dedicado a Satanás en el palacio Borghese de Roma, donde tienen su domicilio los centros directivos de la masonería italiana.

 

   El masón Ulises Bacci, uno de los dignatarios del oriente de Roma, quiso desmentir la noticia en la prensa; pero el colaborador de la Revista antimasónica mantuvo sus afirmaciones.

 

   Para atemorizarle se le hizo saber que el gran consejo de la masonería italiana iba a presentar ante los tribunales de justicia una querella por difamación. Y efectivamente, el gran consejo citado deliberó sobre el asunto y acordó...que no era oportuno presentar la querella. Excusamos decir que el valiente colaborador de la Revista antimasónica sigue sosteniendo sus afirmaciones y retando a los masones a que le desmientan.

 

   Y los masones, ni que decir tiene, siguen rehuyendo la cuestión bajo pretexto de que no es oportuno promover querellas sobre el asunto, sin duda por aquello de que peor es meneallo (embrollarse).